Sr. Director:
En mis casi ochenta años de vida, de trabajo honesto, pocos estudios y bastantes experiencias, estoy llegando a una conclusión: la acción perversa y astuta de Satanás. Primero logró convencer a los seres humanos de que no existe.

Tengo el conocimiento natural de quién piensa, reflexiona, ve, compara y saca conclusiones normales. No hace falta ciencia tecnológica, política, social., sino la sabiduría que da el "santo temor de dios": ver el presente. Comparar con el pasado... Y pronosticar el futuro: "el juicio está llegando a su tiempo".

Siempre me guié por "rumear" lo que leo, lo que veo. Si bien no tengo estudios, he leído mucho. Esto me llevó a regir mi vida con dos parámetros: respeto por el sentido común, y los principios naturales, hoy violados.

Ayudado por las experiencias bíblicas: En "orden" a la creación, su creador, ha dado un manual de uso para aprovecharla, mejorarla y tener una agradable convivencia: la biblia. Como quién compra un auto y recibe un manual, si lo respeta, le sacará un buen rendimiento. Si no lo destruirá al poco tiempo. Es lo que ha hecho el hombre con la creación (todos y todas).

La soberbia le ganó, quiso ser Dios y Satanás lo embaucó. Desde entonces el ser humano anda a los tumbos. Cuando vive con racionalidad, cumpliendo sus obligaciones naturales de convivencia, tiene derecho a exigir "sus derechos". La soberbia lo llevó a la prepotencia, sin meditar que el final para todos es: ¡¡¡la tumba!!! Ahí se acaban las grandezas, las riquezas y el poder. Y viene el juicio.

El mundo es una rueda... Y rueda es eternidad. Gira...gira y pasa siempre por el mismo lugar.

Hasta antes que viniera Cristo había un orden establecido que él vino a perfeccionar por el amor. Nos dejó consejos y ejemplos de cómo vivir. Pero... Movilizada la soberbia del hombre por Satanás, empezó a proponer un "nuevo orden mundial", cuyo líder será un discípulo de él. Ya logró reinstalar la degeneración existente en tiempos de Sodoma y Gomorra.. Pero mejoró su forma de actuar. Ya no lo hace él... Usó la propia decadencia moral de la sociedad. Fomentó el placer, el poder, el parecer en vez del ser.

Enfrió la fe, la oración personal y familiar (cosas del "oscurantísmo del pasado"). Muchos de los que debíamos ser testigos de Cristo, fuimos sus detractores con nuestros vicios y pasiones. Y por esa culpa la gente blasfemó del nombre de dios y se alejó. Se sacó a dios de la familia. Apareció la "cinta- roja", el horóscopo como "ciencia y poder". ¡¡¡Las tretas de Satanás son cosas de viejas!!!!

Hoy se está hablando muy frecuentemente de un "nuevo orden mundial": el matrimonio no existe, se inventó el tercer sexo. El libertinaje es un derecho. Se anestesió la conciencia, cada uno vive como se le antoja.. ¡¡¡¡Ahora hay paz!!!! ¡¡¡Desgraciadamente no es la paz que prometió Jesús!!!! Es la paz propuesta por el mismo que le ofreció a Jesús, el poder y el mundo. Y Jesús le mostró quién es el dueño. Venció a satanás con su pasión, muerte y resurrección.

Hubo un profeta del siglo 19: Discépolo, con su cambalache. Nos anunció "paganamente" lo que la biblia tiene anunciado hace miles de años. Se violaron todos los límites. El "animal-hombre" que debía elevarse al reino espiritual, ha descendido tanto en su inmoralidad que ningún animal lo puede igualar: perversión...degeneración. Destrucción de su propio hábitat.

Todavía no es suficiente. Científicamente se está hablando en este "nuevo orden", de que se afectará la mente humana por medio de artefactos satelitales.

Ante la corrupción en tiempo de Noé, vino el diluvio, en tiempos de Sodoma, su destrucción, después de la pasión de Jesús no hay más avisos: queda juicio a la humanidad. Quiénes crean y lo obedezcan serán salvados. Los que acepten el nuevo orden que ya se instauró servirán a Catán. Cada quién elije libremente. Es su libertad.

Los ejemplos de sangre y dolor ya están instalados en nuestra sociedad. Robos, muerte, degeneración a gusto del consumidor.

¿Aceptaremos el "nuevo orden mundial" que ya empezó? ¡¡¡Sólo un resto se salvará!!!! Los que acepten a Jesús. Amén.
Ricardo Paolín