La profanación del cuerpo del subinspector de Cuerpo Nacional de Policía, Francisco Javier Torronteras Gadea, el GEO inmolado -este sí que ofreció su vida por los demás- en Leganés, ha despertado muchos interrogantes entre las fuerzas policiales.

 

Es verdad que en los rituales profanatorios islámicos se corta la mano del cuerpo profanado. Sin embargo, en el caso de Torronteras, la mano fue cortada después de ser quemado su cuerpo. "Da la impresión de que quisieron quemar el cuerpo y después se dieron cuenta de que se les había olvidado cortarle la mano, según los rituales islámicos", señalan fuentes cercanas a la investigación.

 

Por otra parte, la investigación trabaja en conocer quién podía saber el lugar exacto del nicho del héroe Torronteras, enterrado en un cementerio alejado de la capital. Las sospechas policiales apuntan a que el explosivo utilizado por los suicidas de Leganés podría ser de ETA y que la banda terrorista habría tratado de eliminar las pruebas quemando el cadáver del GEO. De momento, el actual ministro del Interior, ni desmiente ni afirma.