Antonio Brufau es director del Grupo Industrial La Caixa, además de presidir Gas Natural e Inmobiliaria Colonial, entre otros asuntos.

 

El pasado lunes 24 escribía en el diario Cinco Días un artículo titulado "Economía y Política para una España multipolar". En él, Brufau recuerda que "España es, sin duda, un país plural… Sin embargo, hace ya más de una década se inició un fuerte proceso de concentración de los centros de decisión económica". Y no se trata de encontrar culpables: "En algunos casos, impulsado desde las propias empresas… en otros casos, este proceso de centralización tiene su origen en determinadas intervenciones y políticas estatales".

Esto de la hermenéutica es ciencia abstrusa y más arriesgada que especular en bolsa, pero uno juraría que las palabras de Brufau deben interpretarse así: Ya está bien de que sea Madrid el centro industrial y financiero único de la Península. Es el momento, por ejemplo, de La Caixa, que, no en vano, es el primer grupo industrial de España. Ocho años de Gobierno Popular no permitieron a La Caixa ni pintar apenas nada en Telefónica y Repsol YPF, y fue Madrid quien, por criterios políticos,  impidió la fusión entre Gas Natural e Iberdrola.

 

Brufau es un personaje que se sigue preguntando, y continúa preguntando, por qué 500.000 catalanes votaron a ERC en las elecciones catalanas y siguieron ofreciendo su apoyo al independentismo político. Y encuentra la respuesta en la presión de Aznar.

 

Pero claro, esto sólo es una interpretación de lo más personal. Y aun sería más personal afirmar que Brufau está preparando una estrategia y que, en breve plazo, una vez se haya reasentado el Gobierno y se conozcan los nuevos criterios políticos, especialmente energéticos, Brufau y La Caixa reclamarán su sitio al sol. Insistimos: puro riesgo.