El organismo pide a España que suprima las desgravaciones a la vivienda y despido más barato

La OCDE, es decir, las dos docenas de países más ricos del planeta, ha lanzado su informe sobre España, el mismo día en que conocíamos que la economía española había crecido al ritmo del 4% durante el cuarto trimestre del 2006 y que cerró ese año con un crecimiento del 3,8%.

Aunque parezca mentira, la OCDE pide al Gobierno español dos propuestas de lo más razonables. Por un lado, que se abarate el despido y que se restituya al trabajador esa reducción con empleo fijo.

Sí, no hay que asustarse. De hecho la ecuación ideal del mercado laboral en todo Occidente es: Despido libe y salarios altos. Es lo que practican en Estados Unidos, y allí no hay paro. Te echan a la calle y no tienen ni que explicarte por qué, pero encuentras trabajo, y bien pagado, al día siguiente. De esta forma, queda poco sitio para vagos y listillos.

La OCDE dice que se restituya este abaratamiento del despido por contratos fijos. Sí, en efecto, aunque con despido libe lo lógico es suprimir la amplia gama de contratos y dejarlo en un contrato, siempre fijo, nunca permanente.

Por otra parte, la OCDE pide que se eliminen las ayudas fiscales a la compra de vivienda. ¿Por qué no? Las ayudas fiscales sólo han servido hasta ahora para que los promotores suban los pisos y los bancos concedan hipotecas al límite mismo de la devolución, lo que ha incrementado el endeudamiento de las familias españolas hasta la asfixia. De esta forma, las desgravaciones no benefician al particular comprador sino al promotor. Ahora bien, no puede retirarse dichas desgravaciones sin abaratar el precio de los pisos, y, tras el fracaso de todas las estrategias liberales, deberíamos darnos cuenta de que la única forma de abaratar la vivienda es hacer más viviendas de protección oficial, método muy poco liberal pero el único que e ha mostrado efectivo.

Porque dice el Informe de la OCDE que hay que corregir el "boom" inmobiliario para reducir el riesgo de financiero del país. Esta es la clásica interpretación econométrica al uso. Veamos: el peligro no es la burbuja inmobiliaria, sino el precio de la vivienda y que una familia no puede pagar su hipoteca (su primera hipoteca, al del piso donde vive). Si los precios de la vivienda se derrumbaran a la baja, los perjudicados serían aquellos que tienen varias viviendas o que especulan con inmuebles como si se tratara de un activo financiero, no a aquéllos que están pagando el piso, su piso, su residencia, es decir, la inmensa mayoría de las familias españolas, clases altas y medias incluidas. A esos no les importa que la vivienda se desplome y tampoco que se vaya al techo : lo que les importa es que el Euribor no suba. No quieren vender su vivienda: sólo vivir en ella.

Así que la OCDE apuna bien por dispara mal. Porque ni pide que se paguen mejores salarios ni que se construya más vivienda pública. Y claro así n ocuela ni la buena idea del despido libre –buena y justa, que conste- ni la buena idea de la supresión de las desgravaciones fiscales a la vivienda. Es como ofrecer un huevo sin yema.