Por contra, Rato acepta que Monzón continúe al frente de la ingeniería mientras cubra objetivos. El salario del CEO de Indra supera los 3 millones de euros, a lo que hay que añadir las 'stock options'. La empresa ejecuta un ERE encubierto de más de 800 trabajadores. Suben el desaparecido Santiago Roura y el fichaje Carlos Suárez

El mismo día en que Rodrigo Rato accedió a la Presidencia de Caja Madrid, el presidente de Indra, Javier Monzón, se temió lo peor. Se acentuó el plan de reducción de costes y se afrontó un ERE encubierto con el objetivo, primero, de prescindir de 800 trabajadores. Al mismo tiempo, se está haciendo un esfuerzo ímprobo por cubrir la facturación presupuestada y por diversificar, sobre todo geográficamente, el riesgo. Al mismo tiempo, Monzón moviliza el apoyo del presidente de Repsol, Antonio Brufau, y a sus contactos catalanes, que tan buen resultado le han dado en otras ocasiones, así como el de Florentino Pérez.

Ahora bien, el que lo tiene definitivamente de color de hormiga es el consejero delegado, Regino Moranchel, más socialista que Monzón, con quien, por otra parte, nunca ha mantenido excelentes relaciones. Moranchel repite que está en situación de interinidad -claro que lleva así muchos años- y que si la empresa tiene con él un detalle de jubilación estaría dispuesto a marcharse sin hacer ruido.

No se sabe lo que entenderá por un detalle, pero lo cierto es que en 2009 Moranchel salió por más de 3 millones de euros (como 'paquete de compensación' global) y tiene un paquete de 'stock options' que podrá disfrutar como clase pasiva. Y en plena crisis económica global y en plena crisis de pedidos en particular.

En cualquier caso, Javier Monzón cuenta con el apoyo de otros accionistas, conccretamente de los Albertos; Mornachel no cuenta con ninguno. Mientras, como sustitutos suben el desparecido Santiago Roura, marginado tras la absorción de Soluziona por Indra, y el también socialista Carlos Suárez, el nuevo fichaje procedente de EADS.

Porque esa es otra: Rato, como primer accionista de Indra, está dispuesto a mantener en la Presidencia a Javier Monzón, pero quiere que se cubran los objetivos previstos, algo que está resultando más que complejo. El grupo industrial de La Caixa ha reducido sus contratos y el más importante, el de Gas Natural Fenosa, tiene fecha de caducidad pronta y no parece renovable.

Por si fuera poco, surge ahora el rumor de que Indra pudiera estar relacionado con el siempre creciente, siempre asombroso ,patrimonio de José Bono, por el momento no investigado por el juez Baltasar Garzón.

Más problemas, Europraxis, los chicos mimados de Monzón, ya no dan contratos y sí bastantes problemas. De buena gana se les podría en el mercado pero no es el mejor momento para que nadie compre... salvo ellos mismos, que no quieren comprar.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com