- En Moncloa dicen que "sabe demasiado".
- Por dos veces lo ha intentado el PP. La primera, vía secretario de Estado, Pedro Argüelles. La segunda, con un enviado de Moncloa.
- Incluso se le permitía llevarse el blindaje (16 millones de euros) y pasar página.
- Pero al Ejecutivo se le acaba el tiempo y Rajoy no quiere más líos.
- Eso sí, continúan los agravios pendientes con Monzón. El último el nombramiento de Josep Pujol como delegado de Indra en EEUU.
- Y todo esto demuestra que en la creación del gran polo militar industrial ya sólo creen Morenés y Arguelles. El objetivo real era Monzón.
- El ministro de Defensa a Hispanidad: "El Estado, no la Sepi, ha comprado un 20% de Indra para realizar un gran proyecto de Industria de Defensa".
- Es la rabieta del perdedor: Morenés ya sólo pretende defender que en el 20% de Indra manda él, no Cristóbal Montoro.
- En Moncloa preocupa la posible involucración de ex ministros y ex altos cargos en las comisiones del AVE Medina-La Meca. No más escándalos, please.
Al final, Javier Monzón (en la imagen) puede salvar su puesto como presidente de Indra. Un asunto que recorre los casi tres años de legislatura del Gobierno Rajoy. El Partido Popular ha procurado por diversos medios sacar a Monzón de la Presidencia de la tecnológica, donde lleva más de 20 años, sin éxito. En primavera, lo intentó directamente el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles. Y tras la Junta de julio, en pleno verano, con un enviado de la Moncloa. Se le permitía una "salida honrosa" e incluso que se llevara el elevado blindaje de 16 millones de euros.
En ambas ocasiones Monzón se resistió, buscando el apoyo de la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, e incluso del toti-influyente Florentino Pérez (Monzón es consejero de ACS). Y lo cierto es que Monzón permanece y al Gobierno se le acaba el tiempo. En Moncloa tienen miedo a forzar un cese porque Monzón, aseguran "sabe demasiado".
Para Indra han trabajado ex ministros socialistas y populares y el último contrato en el que participa la empresa es el AVE Medina-La Meca. También está salpicado por rumores de posibles comisiones que afectarían a ex ministros y otros ex altos cargos del Estado.
En cualquier caso, al Gobierno se le acaba el tiempo y el propio Rajoy frena cualquier iniciativa que pudiera provocar más contestación social. Ya tienen bastante con el ébola.
Pero eso no quita que la lista de presuntos agravios de Monzón con el Ejecutivo se borre. La última, el nombrar a Josep Pujol, hijo de Jordi Pujol, delegado de Indra en Estados Unidos, justo cuando el Ejecutivo lanzaba su andanada contra la familia referente del nacionalismo catalán.
Y todo esto deja en entredicho al ministro de Defensa, Pedro Morenés, y a su segundo, el secretario de Estado, Pedro Argüelles, y su famoso polo militar industrial, del que se suponía que Indra iba a ser la pieza clave.
Lo cierto es que, a estas alturas, Morenés y Argüelles, que más parece dirigir una empresa armamentista que el Ministerio del Ejército, son los únicos que siguen creyendo en un proyecto que en la propia Moncloa consideran imposible incluso más: al parecer lo único que les interesaba al dúo de 'Pentágono español' es que el control sobre el 20% del capital de Indra corresponde a Defensa y no a Hacienda (a la que pertenece la Sepi), que lidera Cristóbal Montoro.
Como aseguraba Morenés a Hispanidad: "El Estado, no la Sepi, ha comprado un 20% de Indra para realizar un gran proyecto de Industria de Defensa". Es la rabieta del perdedor que, como aseguran en Moncloa, "ni tan siquiera ha sido capaz de presentar un 'power point' con el proyecto".
Y en ese proceso para echar a Monzón figuran el ex ministro de Defensa, Eduardo Serra, y a quien quería el PP como sustituto de Monzón: Antonio Hernández Mancha.
En resumen, el famoso polo militar industrial era una excusa para provocar el cese de Javier Monzón. Éste, a cambio, ha sabido maniobrar para evitarlo. Y aunque es cierto que en el Gobierno no gusta Monzón se les acaba el tiempo y, además… "sabe demasiado".
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
