Además, con cargo al ejercicio 2009, Monzón se concedió opciones sobre acciones por otros 4 millones de euros. Caja Madrid, propietaria del 20% de la empresa, empieza a cabrearse ligeramente. Los March (10%), influidos por Florentino, dejan hacer

El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, empieza a mosquearse ligeramente. Por ahora, no ha entrado en el grupo industrial, de Caja Madrid, que bastante tiene con una fusión a siete bandas que, aunque fría, calienta mucho la cabeza. Pero las noticias que le llegan de INDRA no le satisfacen y le animan a seguir el consejo de los maximalistas que le rodean: venderlo todo, sea Iberia, Iberdrola (ahora, vía Bancaja) y, por supuesto, INDRA. De hecho, la Corporación Cibeles como que no le ocupa mucho tiempo.

Y es que el presidente de la ingeniería, Javier Monzón, y el consejero delegado, Regino Moranchel, se embolsaron 6 millones de euros en 2009, en plena crisis y cuando la compañía despidió a 800 trabajadores -menos de lo previsto, todo hay que decirlo-.

No sólo eso, Javier Monzón se concedió más de 4 millones de euros en opciones sobre acciones, por 2,5 millones de euros el consejero delegado.

A ello hay que sumarle otras prebendas, como seguros, fondos de pensiones, coches, escoltas, etc. Ni que decir tiene que tanto Monzón como Moranchel son socialistas confesos. No cabe duda de que el señor Rato debería asignarles a Monzón y Moranchel un gestor de banca privada de Caja Madrid.

Sin embargo, los March, segundo accionista de INDRA, con el 10%, no dicen esta boca es mía. Monzón mantiene buenas relaciones con Florentino Pérez, socio de los March en ACS, y por ahora los mallorquines no han levantado el brazo. Casagrande de Cartagena (hermanos Del Pino)  (5,68%) y Cajastur (5%).

Mientras, la empresa no atraviesa su mejor momento. Europraxis está en venta, INDRA trata, y a veces consigue, todo hay que decirlo, liberarse de un lastre importante. Que su principal contratista sea la administración pública española. Y, por si fuera poco, cierto medio de información investiga en estos momentos la relación entre José Bono e INDRA, cuando el primero era ministro de Industria.

No, Rato no es un enamorado de la banca industrial pero INDRA da beneficios. El único problema es que no proporcione los suficientes para pagar los salarios de Monzón y Moranchel.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com