"Son un ejemplo de la libertad de manifestación", afirma

-También ha dicho el magistrado progre que no le importa el asedio al Congreso, la misma mañana que la Audiencia Nacional ha abierto diligencias al respecto.

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gonzalo Moliner, ha elogiado los escraches, que es como se conoce popularmente a las protestas llevadas a cabo junto a domicilios de políticos y cargos públicos que el propio ministro del Interior ha calificado como ilegales por vulnerar la Ley de Reunión y la de Seguridad Ciudadana. 

"Los escraches, en tanto en cuanto no sean violentos, y como no lo son, son un ejemplo de la libertad de manifestación", ha afirmado Moliner en una entrevista concedida a la cadena SER. Ha precisado, no obstante, que "en tanto en cuando ofendan o atenten contra la intimidad de las personas u otros derechos fundamentales, me parecen rechazables".

Las declaraciones de Gonzalo Moliner no tienen ni pies ni cabeza, porque en los escraches siempre se produce una violación o invasión de la intimidad y molestan no sólo a los perseguidos sino también a sus vecinos. 

Al ser preguntado por el asedio al Congreso, un acto en el que se prevén graves disturbios de orden público, y que ha motivado la apertura de diligencias por parte de la Audiencia Nacional, Moliner asegura que no le importan estos actos, porque siempre ha luchado por la libertad de expresión y manifestación, aunque no se siente nada cómodo con la actitud de algunos ciudadanos respecto al Parlamento.

No ha precisado Moliner cómo un juez puede estar a ambos lados de la línea que separa lo legal de lo ilegal con tanta desenvoltura. Misterios de la judicatura progresista...

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com