Quien dice que va a llover acaba inevitablemente por tener razón. El último informe del Servicio de Estudios del BBVA advierte, por enésima vez, de la posibilidad de un ajuste duro en el precio de las viviendas, que lleva disparado más de una década, de la misma forma que los analistas llevan más de un lustro advirtiendo del pinchazo de la burbuja, sin que a la tal burbuja le dé por deshincharse. Sin embargo, lo realmente interesante del estudio es que el BBVA recuerda que CCAA y ayuntamientos se están forrando a costas de los impuestos que de una u otra forma gravan la vivienda. Las CCAA porque son insaciables y los ayuntamientos, dejando a un lado las posibles corruptelas recalificadoras, porque se han convertido en la cenicienta del actual sistema tributario. Como el Estado no les transfiere el dinero que necesitan, las administraciones municipales se dedican a subir el IBI, Impuesto sobre Bienes Inmuebles, de esta forma la vivienda no sólo se está convirtiendo en un bien caro para comprar o alquilar, sino también para mantener. Los ayuntamientos se vengan del Estado en los ciudadanos.