El presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB), Josu Jon Imaz, ha decidido inaugurar la legislatura del reto nacionalista. En una entrevista publicada el domingo 23 en el diario proetarra Gara, Imaz manifiesta su voluntad de echarse al monte (http://www.gara.net/orriak/P23052004/art83532.htm). Declara que el verdadero objetivo político es "el reconocimiento nacional de Euskadi" y señala a Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida como sus ejes estratégicos.

 

"Los tiempos de un posible acuerdo político con dos transferencias y tres infraestructuras más no son los actuales". Se puede decir más alto, pero no más claro. Imaz no jugará con Zapatero  una negociación de perfil bajo. Su objetivo de reforma estatutaria es el reconocimiento nacional" de un pueblo, que según él, no se siente identificado dentro de la Constitución. "Hay que buscar el acuerdo político que cierre lo que han llamado segunda transición", señala.

 

Su apuesta desintegradora también incluye a Galicia y Cataluña. Según Imaz, "la reforma de la Constitución debe dar salida a naciones como Cataluña y Galicia". Todo un guiño para los socios nacionalistas en la lista conjunta a las elecciones europeas. Unos agitan el árbol y otros recogen las nueces. Si alguien pensaba que tras la jubilación de Arzalluz llegaba un proceso de agiornamento del nacionalismo vasco, se confundía. Imaz se ha criado a los pechos del camino abierto por "aitá" Arzalluz. Su generación de cuarentones sólo ha vivido del nacionalismo vasco, y en coche oficial. Lo que se ha producido es un choque generacional, no ideológico. Tampoco hay diferencias con Egibar. Sólo hay enfrentamiento de personas y equipos.

 

En este camino, Imaz espera contar con el apoyo del PSE. El presidente del EBB cree que el PSOE ha tenido "miedo político" al PP y cree que es posible confiar en que el PSE retorne a la senda nacionalista que le permitió compartir Gobierno con el PNV. En este sentido, cree que es una "oportunidad histórica" la posibilidad de negociar con el Gobierno Zapatero. Está por ver cuál es la posición de Rosa Díez y Nicolás Redondo en ese eventual giro nacionalista. Lo que es seguro es que el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, dará su plácet.

 

Pero el PSE no será el único apoyo que busca el PNV. Imaz se reúne con Aralar, Nafarroa Bai y Sozialista Abertzaleak para construir el proyecto de construir "el marco jurídico-político de la nación vasca". Es decir, Imaz se reúne con los amigos de los asesinos y publica su declaración de guerra -perdón de intenciones- nada menos que en el "periódico" de los extorsionadores. Una entrevista, por cierto, sin firmar. Es decir, algo más que un mero documento periodístico.

 

Imaz ha lanzado un órdago que Zapatero debería responder. Tiene la legitimidad de las urnas y el Estado de Derecho a su favor. Pero, sobre todo, tiene la firme convicción de que no debe de ceder al chantaje de los violentos ni de los socios de los violentos. El órdago de Imaz se convierte en el reto de Zapatero y se convertirá en el gran reto político de esta VIII Legislatura. Por cierto, ¿qué opina doña Letizia de esto? Suponemos que el "plus de responsabilidad" asumido tras el enlace le habrá hecho meditar sobre la cuestión nacional.