Tras su victoria electoral, Evo Morales se prepara para la dictadura, a costa de colocar a todos sus adversarios en la ilegalidad, paso previo para encarcelarles o eliminarles.

Esto es lo que majaderos de la talla de nuestros actores Juan Diego Botto y Guillermo Toledo consideran el personaje histórico de Iberoamérica.

Son ya demasiados los tiranos que están surgiendo de las urnas en Iberoamérica. Sí, de las urnas lo cual les convierte en bichos mucho más peligrosos: el venezolano Hugo Chávez, el ecuatoriano Rafael Correa, el boliviano Evo Morales, el paraguayo Fernando Lugo, el uruguayo José Mújica. Si a ello le unimos el matrimonio cleptómano Kirchner y los peligrosos progres Michelle Bachelet y Lula da Silva, así como la explosiva situación de inseguridad en México, sin olvidar a un prestigioso Álvaro Uribe que pretende perpetuarse en el poder, no es exagerado decir que Hispanoamérica se aproxima al borde del abismo. Ahora, como en el viejo chiste de Franco, sólo resta que alguien dé un paso hacia adelante. No vaya a ser que la próxima guerra no tenga lugar en África ni en Asia, sino en el mundo hispano. A mí no me extrañaría. Hay demasiado tirano suelto, pero tiranos que se legitiman en las urnas. Sin duda, el peor tirano de todos.

En Iberoamérica, vuelve a resonar el viejo dilema de Aristóteles: ¿Qué es democracia, lo que votan los demócratas o lo que preserva la democracia? Acordémonos de Hitler.

Eulogio López

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