Iberia reconoce que le interesa la portuguesa TAP, aunque exige gestionar

2005 no ha sido el mejor año para Iberia. El beneficio antes de impuestos es de 393 millones de euros, un 61% más que el año anterior, pero esa cifra engañosa, dado que hay que descontar los atípicos obtenidos por la venta de Amadeus y Savia (663 millones de euros) en parte empleados para pagar EREs y para renovar la flota.

Sin embargo, el resultado de explotación cayó un 35,7% respecto al año anterior, al tiempo que el cash-flow ordinario cayó desde los 444 a los 134 millones de euros (ver resultados).

Iberia es hoy una compañía llamada a una constante reconversión y a crecer. Por de pronto, el presidente, Fernando Conte, ha reconocido su interés por adquirir una participación de la portuguesa TAP, por su vecindad ibérica y su presencia en Iberoamérica. Eso sí: pone como condición hacerse con la gestión.

Al mismo tiempo Iberia lanzará una línea aérea de bajo coste, que es lo que serán la inmensa mayoría de las compañías en un futuro más o menos lejano. Por el momento, no obstante, quieren seguir siendo una línea de red, es decir, que atiende pasajeros que realizan trasbordos.

Y será también una compañía que operará en vuelos de largo recorrido. Conte lo explica así: El largo crecerá, el medio se estabilizará y el corto tenderá a disminuir. En este sentido aún es más claro, cuando habla de reducir la oferta doméstica, En pocas palabras, lo que no tiene futuro son las líneas transversales (pongamos un vuelo Santiago-Málaga o Bilbao-Valencia), que son las menos rentables, pero también los radiales, con salida en Madrid y destino en muchas capitales españolas. El avance del tren de alta velocidad y el coche son ya enemigos del avión. Iberia quiere especializase en el largo recorrido, especialmente en lo que constituye su mejor negocio : los vuelos entre Madrid e Hispanoamérica.