Habrá fusión Fenosa-Iberdrola, sin GN, y Galán será su presidente. La ineptitud del BBVA casi estropea la operación de Florentino. Las declaraciones de Zapatero sólo pretenden enfriar la Bolsa: claro que se favorecerán las fusiones, especialmente las que le gustan al Gobierno

Finalmente, Florentino Pérez ha conseguido para su constructora, ACS, el 10% del capital del Iberdrola. Su trabajo le ha costado, dado que el BBVA no ha sido capaz de conseguir en pocas horas el 10% requerido. Dicho de otra forma, que un accionista histórico de Iberdrola no controle el accionariado de Iberdrola resulta cuando menos curioso. Además, las comparaciones siempre son odiosas pero muy esclarecedoras: el Santander tardó dos horas el pasado lunes en conseguir el 10% del capital de Endesa, removiendo el mercado de intermediarios, como quien acciona una bomba de agua. Incluso se cuenta que fuentes del BBVA llamaron la noche de autos a un importante periódico económico español para decirle que Florentino había hecho las cosas muy mal y que la operación no podía realizarse.

Pero lo importante es que con ese 10% Iberdrola se ha blindado frente a cualquier OPA hostil. Sus estatutos recuerdan que para rechazar el blindaje político del techo máximo del 10% de derechos políticos, se precisan dos tercios del capital, es decir, un 66,6%. Empecemos a sumar: ACS, 10%; BBK, 7,5%; BBVA, 5,4%; Cajas de Castilla y León, 2,47%; Unicaja, 1,5%; Bancaja, 1%; Caja de Navarra-Sodena, 1%; Caja Murcia, 0,75%; Caja Castilla-La Mancha, 0,48%; Caja Vital, 0,12% y Caja Extremadura, 0,11%. Si hacen la suma les saldrá 30,5, a lo que habría que añadir el 2% de Juan Luis Arregui más los paquetes del propio Galán, Oriol y algún otro accionista individual. En definitiva, Galán está ahora capacitado para bloquear cualquier operación hostil, que por el momento no se ha producido. Eso sí, queda pendiente, y no es baladí, los derechos políticos que podría ejercer ACS. Recuerden que, desde la normativa Rato, un accionista de referencia de una compañía en un sector estratégico no puede tener más del 3% del capital de una competidora. O para ser exactos, puede tener lo que quiera, pero sólo el 3% de los derechos políticos. En cualquier caso, lo que se busca, y lo que se va a hacer, es una fusión, por más que el propio Florentino y Rodríguez Zapatero se empeñen en lo contrario. Para ser exactos lo que ACS busca es el 20% de la empresa fusionada.

Como ya dijimos ayer, Florentino inició el proceso con el permiso de Zapatero y a espaldas de Galán. Cuando este cae en la cuenta, pide explicaciones (no olvidemos que mantiene unas espléndidas relaciones con los Albertos, el segundo -o primero, según se mire- de los accionistas de de ACS), pero Florentino le tranquiliza enseguida: vamos a hacer una fusión, sin Gas Natural y tú serás el presidente de la futura primera eléctrica del país. También le aclara que no tendrá problemas con el consejero delegado de Fenosa, Honorato López-Isla. Un no muy buen de talle porque lo más cómico de este embrollo es que López-Isla fue el primer partidario de la fusión entre Fenosa e Iberdrola, dos compañías a las que considera muy complementarias. Por cierto, la única condición que impuso Galán a Pérez fue consultar a sus accionistas de referencia, especialmente a BBK y BBVA. Pues bien, todos se mostraron encantados con la idea.

Entonces ¿a qué vienen las filtraciones de Florentino en el sentido de que todavía no se piensa en una fusión, así como las declaraciones de Rodríguez Zapatero en el sentido de que no se modificará a día de hoy la normativa que impide fusiones entre compañías eléctricas en España? Pues muy sencillo : ambos están por la fusión que creará el gran campeón nacional, pero ambos intentan enfriar el calentón bursátil.

Por tanto, claro que habrá fusiones energéticas. Y, casualmente, las que le gustan al Gobierno.