• Asciende a 3.300 millones y compromete su aportación al hólding y, por tanto, a las inversiones en la española.
  • Hay un desajuste notable entre los activos de esos fondos y lo que tiene que pagar a los jubilados de la británica.
  • También puede afectar al primer dividendo que tenía previsto para IAG, después de la fusión en 2011.

El hólding IAG -que agrupa a British Airways, Iberia y Vueling- no tiene excusas, como recordó Hispanidad, para tomarse en serio el reflotamiento de Iberia, sobre todo tras el acuerdo sellado el 14 de marzo por la dirección de la compañía con los sindicatos del personal de tierra. Se salvaba así el último escollo negociador con los tres colectivos -pilotos, tripulantes de cabina y personal de tierra- para "dotar a la compañía de una base de costes competitiva". Pero no será fácil, por razones ajenas a Iberia: entra en liza la situación British Airways -presidida por Martin Broughton (en la imagen)-, que arrastra un desajuste en los activos de sus fondos de pensiones y sus obligaciones con los jubilados de la compañía. Y de ello depende el dividendo.

En efecto, las pensiones de British son una rémora. Así de claro. En la actualidad, esos fondos tienen un déficit de 3.000 millones, lo que compromete seriamente que la aerolínea británica pueda entregar  dividendos al hólding, algo que condiciona las futuras inversiones en Iberia. En todo buen hólding, todos los miembros tienen que estar a por todas.

También puede afectar al primer dividendo que pagaría a sus accionistas IAG. Desde su fusión en 2011 no ha pagado un euro.

El problema es gordo y no se solucionará a corto plazo.

Es uno de los puntos problemáticos, que se veía venir, de la fusión de BA e Iberia, que pudo estar descompensada en origen. Iberia, entonces, gozaba de buena salud, al contrario que BA, pero luego se cambiaron las tornas, y cuando se cambiaron Iberia comenzó a recortar vuelos y frecuencias. Lo denunció hasta el Gobierno español, que llegó a cuestionar las bondades de la fusión de Iberia y apuntó, a través del ministro de Industria, José Manuel Soria, a que la operación había beneficiado a la británica, en perjuicio de la española, que registra "menos ingresos y menos frecuencias".

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com