¿Sabes que los cubanos no descienden del mono? Descienden de la foca.

No, no lo sabía. ¿Y eso por qué?

Porque aunque tienen el agua hasta el cuello, se pasan el día aplaudiendo.

Uno de los adelantos de la medicina cubana es no tener que darle una nalgada al recién nacido.

El médico se acerca al bebé y le dice al oído:

Oye... naciste en Cuba.

Acto seguido, el niño empieza a llorar.

Un cubano le pregunta a su hijo de 6 años:

¿Qué quieres ser cuando crezcas?

¿Yo?... ¡Extranjero!

Un cubano y un estadounidense echan una carrera y gana el gringo. El día siguiente, el titular de Gramma:

Cuba en segundo lugar; EEUU en penúltimo.

Se muere Fidel.

Raúl Castro, en la despedida de duelo del comandante en jefe, dice:

Lo que enterramos hoy, aquí, es una semilla...

Se oye una voz entre la multitud:

¡La madre a quien la riegue!

Fidel va a un círculo infantil y dice a los niños:

Ahora les voy a cantar una cancioncita...

Los pollitos dicen pío, pío, pío, cuando tienen hambre, cuando tienen frío...

Ahora, canten una cancioncita para mí, compañeritos...

Y los niños responden:

Pío, pío, pío, pío, pío...

Fidel está dando uno de sus discursos en la plaza y dice: ¡Y a partir de ahora, habrá que sacrificarse más!

Y alguien grita:

¡Trabajaremos el doble!

Sigue Fidel: ¡Y hay que comprender que habrá menos alimentos!

¡Trabajaremos el triple!

Algo molesto, Fidel continúa:

¡Y las dificultades crecerán! ¡Trabajaremos el cuádruple!

Fidel vuelve a ver a su jefe de seguridad y le pregunta:

¡Coño, chico!, ¿quién es ese idiota que dice que va a trabajar tanto?

No se preocupe, Comandante, es el sepulturero.

Fidel dando un discurso:

¡Compañeros!, gracias a Dios este año tendremos montañas de arroz.

Raúl, asombrado, lo llama aparte y le amonesta:

Fidel, mi hermano, ¡pero si Dios no existe! Tampoco el arroz.