• Por seis jornadas de paro. Y aseguran que, aunque no se celebrara la huelga, "el mal ya está hecho" y el coste reputacional será superior.
  • Los sindicatos de tierra no sólo se oponen a los 4.500 despidos y a las reducciones de salarios sino, sobre todo, a la filialización de la compañía.
  • Los sindicatos insisten en la tesis heredada de los pilotos: quieren desmantelar Iberia y regalársela a British Airways.
  • Mientras, el piloto Ernesto Álvarez Cascos, primo del exvicepresidente, espera sentencia sobre su despido.

Reunión entre sindicatos y dirección de Iberia en la mañana del viernes: naturalmente no hubo acuerdo ni nadie quería que lo hubiera. Un representante sindical es muy claro: no aceptamos negociar un plan que desmantela Iberia. La dirección que lidera Antonio Vázquez (en la imagen) dice que se trata de volver a los beneficios en un ejercicio que se saldará con 300 millones de pérdidas. A eso hay que añadir, según cálculos de la compañía, los seis de huelga en pre-Navidad que elevarán las pérdidas en otros 30 millones de euros, aún antes de conocer si se respetarán los servicios mínimos porque "el daño ya está hecho", el daño reputacional, sobre todo.

Sánchez Lozano, Ceo de Iberia, aseguraba que en dos años y medio Iberia ha soportado 34 convocatorias de huelga. Asimismo, Lozano explica que lo que más temen los sindicatos es la filialización de su plan. Es decir, segregar por actividades para que los segmentos rentables, por ejemplo, mantenimiento, no subvenciones a los que no lo son: por ejemplo, asistencia en aeropuertos. Además, la dirección está sorprendida de que Bankia vaya a despedir a 6.000 empleados y, sin embargo, a ellos, que no reciben ayudas públicas, no se les permita reducir costes en una compañía con serias pérdidas.

Los sindicatos, por contra, aseguran que lo que les preocupa es la reducción de servicios y que la empresa -argumento comprado a los pilotos del SEPLA- pretender terminar con Iberia y reglarla a British Airways.

La dirección ha dado de plazo hasta el 31 de enero, pero si la situación se deteriora podría aplicar el plan antes: 4.500 despidos, casi una cuarta parte de la plantilla y reducciones de salario: una media del 30%, aunque no lineal.

Por su parte, la ministra Ana Pastor ha pedido a ambas partes que se respeten los derechos de los ciudadanos. No parece que vaya a bastar.

Y mientras, continúa el pulso con los pilotos del SEPLA quienes, curiosamente, esta vez no secundarán la huelga de sus compañeros de tierra. Los tribunales dieron la razón a Iberia en el despido de un piloto que agredió a un colega de la filial Iberia Express. Ahora, es un pariente del exvicepresidente del Gobierno Aznar, Francisco Álvarez Cascos quien espera el mismo fallo por insultar a otro colega de la misma filial.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com