Sr. Director:
Estar hasta las cejas es una expresión que en un pasado relativamente reciente significaba de una persona estar hundido en el fango, en la ciénaga moral del robo, timo, marrullería, componenda, engaño, culpable en fin del mal uso de la confianza depositada en ella.

 

Se aprecia claramente que estar hundido hasta las cejas ciega al interfecto porque le impide la visión. Hoy lo de la ceja se ha puesto de moda con la intención de sumarse al colectivo de odaliscas/os que sostienen a ZP, señor de las ^^, y se aprecia que los de la ceja también están hasta las cejas, ciegos para todo lo que no sea su anhelado cambio de nuestra sociedad hacia un nuevo orden, en el que el pueblo -despojado de toda norma que no sea la impresa en el BOE- queda inerme en manos del que manda.

Tan ciegos -y sordos- están que no reparan ¿o sí? en que estamos estancados, que el futuro inmediato de nuestras jóvenes generaciones está más que negro, en la moral, en la educación, en la economía, en la profesión, con nuestros más de 4,5 millones de parados, en las últimas posiciones de Europa en educación, con un déficit público cercano al de Grecia, creciendo desaforadamente -algo es algo- en matrimonios rotos y abortos, en fracaso escolar

Pero los de la ceja están tranquilos porque, si nos echan del euro, ZP podrá acuñar con su imagen la nueva PeZeta.

Amparo Tos Boix