Sr. Director:

Tras una larga y enrevesada batalla legal, Terri Schiavo murió de hambre, puesto que le habían desconectado la sonda alimentaria de la que dependía. Gracias a la muerte de Terri, su marido, que había rehecho su vida con otra mujer desde 1994, podrá cobrar un millón de dólares. El marido de Terri llevaba semanas reclamando que los médicos dejaran de alimentarla y así muriera.

El viernes 1 de marzo por la tarde, un buen grupo de jóvenes, al que se unieron de manera espontánea unas turistas australianas, rindieron un homeje a Terri frente a la embajada de EEUU en Madrid.

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