Al rebufo del calentón eléctrico, la jornada bursátil del jueves comenzó fuerte para las constructoras, convertidas de la noche a la mañana en árbitros del tejido industrial español. Pero lo cierto es que ninguno de los seis grandes grupos constructores o de infraestructuras y servicios, como prefieren llamarse- es opable. Con la excepción, y por los pelos, de ACS, los consejos de administración o accionistas de referencia de Acciona, Ferrovial, FCC, Sacyr y OHL controlan más del 50% del capital. Además, en ACS la suma de los March, los Albertos y Florentino Pérez alcanza el 45% del capital, y mejor no hablemos de autocartera.

Todo ello ha llevado el debate económico en España a las relaciones entre constructoras y gobiernos. Es verdad que estas empresas, y aún más con la diversificación de los últimos años, de penden de las administraciones públicas en buena medida, y también lo es que disponen de una espléndida liquidez para afrontar nuevas aventuras. Eso sí, todas ellas se están endeudando fuertemente y, además, están entrando en un sector como el energético que exige fortísimas inversiones.

En cualquier caso, el eje del tejido industrial español ya no lo forman ni los banqueros, ni los del kilovatio ni los telecos. Ahora los hombres de moda son los Entrecanales, Del Pino, Villar Mir, Luis del Rivero, Esther Koplowitz y, cómo no, Florentino Pérez.