Sr. Director:
Un reciente estudio del canadiense "Institute of Marriage and Family", señala las correlaciones entre las conductas de la familia hace algunos años y la actividad sexual de sus hijos actualmente: los adolescentes sí escuchan y quieren escuchar a sus padres, sobre la educación sexual.

 

Frank Jones se basó en las estadísticas del "National Longitudinal Survey of Children and Youth", entre niños de seis a once años, a quienes entrevistó nuevamente ocho años después, ya como adolescentes, mostrando que el estilo de vida de los padres influye directamente en la vida sexual de sus hijos.

Así las hijas de padres bebedores tenían un 38 por ciento más de probabilidades de ser sexualmente activas, pero si los padres eran cálidos, comunicativos, cercanos y  se involucraban con sus hijos estableciendo límites, se protegía a los adolescentes de las drogas, el alcohol y la sexualidad precoz.

Además los niños criados en un ambiente de fe tenían un 40% menos probabilidades, de ser sexualmente promiscuos.

Clara Jiménez