Carlos Herrera, en Onda Cero, subrayaba que el bueno de José Luis Rodríguez Zapatero tiene dos temas por delante que le van a dar más de un dolor de cabeza. Uno de ellos, contaba Herrera, es la recusación para participar en las decisiones sobre la constitucionalidad del estatuto catalán del magistrado del Tribunal Constitucional, Pérez Tremps, porque elaboró un informe sobre ese estatuto para la Generalitat a cambio de 6.000 euros. Judicialmente significa que ese magistrado está contaminado para valorar la constitucionalidad. Pérez Tremps sabía en qué lío se metía. Ahora no puede hacerse el inocente. El propio Tribunal ha decidido que Pérez Tremps no intervenga en los recursos. Según Herrera, el gobierno no contaba con esto y sabe que algunos artículos son inconstitucionales, pero sabía que aunque hubiera recurso, el Tribunal Constitucional estaba controlado, porque los votos eran 6 a 6 y el voto de calidad de la presidenta decidía. Pero con esta caída de Pérez Tremps el balance es otro. El Constitucional le puede devolver algunos de los artículos de estatuto de Cataluña con el problema político que le causa a todo el mundo. Herrera explicaba que ahora hay una solución bochornosa que este gobierno es capaz de hacer que es forzar la dimisión de Pérez Tremps y nombrar a un magistrado afín, pero eso sería  de una sinvergonzonería política sin límites. Pero Zapatero es capaz de eso y de más.

 

El locutor de Onda Cero se preguntaba por qué se ha permitido la entrada en vigor y el desarrollo de un texto que tiene que recibir el beneplácito del TC, y si se quieren cargar el constitucional con esa maniobra de nombrar a un magistrado afín, ¿creen que los ciudadanos tenemos la culpa y tenemos que cargar con un  TC desprestigiado por un capricho de Zapatero?.