Carlos Herrera, en Onda Cero, destacaba la bronca de las manifestaciones. El espectáculo es profundamente desalentador. Son manifestaciones que lejos de servir para rechazar a ETA, para dar consuelo a los familiares de las dos víctimas, pero no se consigue. En el caso de Bilbao, el PNV ha mostrado la capacidad de oportunismo político que tiene para enredarlo todo y hacer que los demás se enreden. El lema iba a ser por la paz y el diálogo, un lema que hubiera firmado ETA. El PSE estaba dispuesto a desfilar con el PNV pero Batasuna ha dicho que también va por la paz y el diálogo y entonces el PSE a tenido que decir que no va. Si se fijan, es el mundo del espejo : el PSE tiene reticencias a participar en este encuentro de Ibarretxe y Batasuna; y el PP y el Foro de Ermua también ante la de la UGT en Madrid.

 

Proseguía el locutor de Onda Cero : Al final Ibarretxe ha añadido exigimos a ETA el fin de la violencia por la paz y el diálogo. Pero al fin y al cabo, ninguno de los lemas dice: queremos derrotar a ETA, sino que hablan de la paz, que es una perversidad, porque aquí no estamos en guerra. Rosa Díez dice que confunden la tranquilidad con la paz. La tranquilidad es una cosa, y la paz de verdad es la que va con libertad. En el País Vasco, los constitucionalistas nunca han vivido en libertad. Fíjense si es importante incluir la palabra libertad, como se ha incluido siempre en las manifestaciones. En la de Madrid se ha querido simbolizar que el PP se autoexcluye y al final se ha logrado, porque no se ha incluido el término libertad. Es una manifestación convocada para apoyar la política del presidente del gobierno. Se trataba de que los socios minoritarios estuvieran cómodos y el PP incómodo, con una señora tan sectaria como Rosa Regás haciendo la lectura del comunicado. Como dice Rosa Díez, ni se repudia a ETA ni se exige libertad, y fíjense en lo común que tienen las dos manifestaciones. A una quieren ir los asesinos, y a la otra no quieren ir las víctimas.

 

Respecto al lapsus linguae de ayer del presidente, Herrera decía que alguien debería entrenarle para que no vuelva a meter la pata, porque al final, los ciudadanos vamos a considerar que el único accidente es él. Porque cuando uno no se define, crea incertidumbre y crea confusión en la ciudadanía.