Carlos Herrera, en Onda Cero, señalaba que hoy hay que hacer referencia forzosa al cadáver de Carlos Alonso, el primer asesinado por ETA desde 2003. Pronto se va a sumar Diego Armando Estacio. Y después de cinco días ha reaccionado el presidente del gobierno, que parecía un boxeador sonado por el severo golpe que ha recibido. Después de los cuentos del talante, la transparencia, el parlamento como centro de la realidad política, que se ha venido abajo con el aparcamiento del aeropuerto, ha estado con las familias de los fallecidos. Parece que se va a encerrar en su despacho para analizar todo lo que ha pasado, a analizar la información, Rodríguez Zapatero ha evidenciado una alarmante falta de reflejos, y decían de Aznar que no fue a ver el Prestige. En este caso, en un tema de tanta envergadura, nos ha fallado a todos. A lo mejor, de lo pagado que estaba de sí mismo no tenía un plan alternativo por si esto fallaba. Daba la impresión de que este creía que es una pena porque no podía sentarse porque era el presidente del gobierno pero que en dos horas convencía a ETA. El gobierno no es responsable de la bomba, la bomba la ha apuesto ETA y a estos señores les ha matado el terrorismo nacionalista vasco. Pero el gobierno de la nación es responsable del fracaso de la política antiterrorista, de querer acabar con ETA a través de la negociación. La derrota la va a conseguir aliándose con el PP. Y el PP se lo tendrá que poner fácil apelando a la responsabilidad del estado.