Carlos Herrera, en Onda Cero, se refería a las palabras de ayer del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, diciendo que hay que valorar hechos en el proceso de paz: Ayer le cambió la cara a Zapatero, y destacaba el nervio que mostraba en el rostro, qué barbaridad, la carcajada amarga sonó en España cuando Rodríguez Zapatero intentó explicar lo del día anterior. Vio la que se le ha venido encima y ahora quiere tomarnos por tontos a los ciudadanos, y del todo, no lo somos, somos pacientes, pero difícilmente idiotas o imbéciles. El presidente dijo que le habíamos dado un significado insólito y que hay que hacer un debate sobre los hechos, no las palabras.

 

Y enumeraba Herrera a continuación una serie de hechos que demuestran que Zapatero ha mentido : El PSOE lleva 4 años negociando con Batasuna; en estos 4 años, han estado mintiendo sistemáticamente; el fiscal general del estado que se ha dedicado a anular los efectos de la ley de partidos; ETA no se ha rendido, ha amenazado al gobierno con mandar a paseo la negociación; y el gobierno anuncia su disposición a negociar con Batasuna.

 

El problema no es que Batasuna deje de ser o no una organización ilegal, el problema es que un estado democrático se deslegitima si baja a negociar con una organización terrorista. Ayer había algo esperanzador y era la tremenda cara de susto que tenía ayer el presidente del gobierno. Cuando se dan cuenta de que con todo no tragamos, que con fútbol y miss España no estamos narcotizados, pues se asustan. El gran nervio moral de nuestro país es la lucha contra el terrorismo, y ha sido así durante 30 años, añadía el locutor de Onda Cero.

 

Continuaba Herrera: Y en el PP mientras tanto, Rajoy se dio cuenta, costó, pero se dio cuenta, de que le habían engañado y dice que se ha liberado de los compromisos. Y Marlaska toma una decisión acerca de no encarcelar a Arnaldo Otegui y 7 sujetos más por apología terrorista, etc. Lo de los fiscales es un espectáculo porque parecen los abogados defensores de estos tipos, que a veces se comporten más como abogados defensores de etarras o de batasunos que como acusadores, que lo hagan los fiscales es un escándalo de proporciones tremendas.