Carlos Herrera, en Onda Cero, comentaba también la noticia del día, el anuncio del Presidente de que empieza a hablar con ETA: Llegó Zapatero y comparecer lo que se dice comparecer, compareció, si vale la sala del congreso como congreso. Sí, podía haberlo hecho también en la fuente de Neptuno, pero el caso es que lo hizo en el parlamento, no ante el parlamento, y ante los periodistas no ante los parlamentarios y ayer era San Pedro, por lo de las tres formas de negar.

 

Dice Zapatero en ese lenguaje tan ambiguo, que no va a haber precio político, pues qué tranquilidad, qué buena es la constitución, las víctimas y la ley de partidos, dónde hay que firmar, pero luego desliza la frase, que respetará las decisiones de los vascos en ausencia de violencia, la legalización de Batasuna está en el horizonte, el calendario parece que está marcado, de aquí a septiembre. ¿A quién le gusta lo que ha dicho Rodríguez? A Batasuna, que aplaude el gran calado político, a los nacionalistas, que saben que van a sacar tajada soberanista, y los demás tenemos que esperar que este proceso no nos deje con el culo al aire añadía Herrera.

 

Y explicaba también que el anuncio de Zapatero tiene tres enfoques: el qué, al final la almendra de este mensaje ha sido esa referencia velada a la autodeterminación, por la que han puesto cientos de cadáveres en la mesa. ETA ha conseguido que el Presidente diga esa frase que habla del ámbito vasco de decisión. El cómo , en el pasillo de un congreso y ante los periodistas, es un sucedáneo de la soberanía nacional. Ayer era San Pedro, Rodríguez se negó a sí mismo más de tres veces. Y el cuándo : Rodríguez lo ha dicho lamentablemente cuando ETA se lo ha exigido, recordemos el editorial de Gara, le quedan 24 días. ¿Por qué no antes?, por el juicio de Txapote, hubiera sido muy duro, decir que se va a sentar con esa gentuza; el mundial, a lo mejor, puede ser, pero hay otra explicación más racional; algunos creen que no lo ha dicho antes porque estaba en la audiencia nacional el juez Marlaska, y se trata de sortear el escollo judicial.

 

Y se preguntaba ¿Qué hay que hacer con el Presidente, desearle suerte o exigirle lealtad?.