Al mediodía del miércoles 25 de diciembre el Obispo de Roma se asomó al balcón central de la Basílica de San Pedro y proclamó: "Hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor".
"No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias.
El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos". Recordándonos los actuales conflictos en diversas partes del planeta, el Papa insistió en que Dios es nuestra paz: "pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero.
Dejémonos conmover por la bondad de Dios". En aquella ocasión, el Santo Padre pidió que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados.
Es un bonito deseo de paz que hoy, día de los enamorados y casi cincuenta días después, podemos actualizar.
Jesús D Mez Madrid