Sr. Director:
El señor Rubalcaba, para los amigos Alfredo, siempre es oportuno, además de muy agudo, en ver las situaciones comprometidas del rival. Parece como si él las preparase con el fin de sacar rentabilidad. Naturalmente no podemos acusarle de crear esas coyunturas, pues su inocencia es excelsa y notoria para todos los ciudadanos. Además su minúscula tartamudez ampara la credibilidad de sus palabras.

Pero todavía quedamos muchos que nos preguntamos que pudo negociar antes del 2004, es decir, antes del 11-M, el señor Rubalcaba con ETA, que les llevó a romper el pacto contra el terrorismo acordado con el PP. También por qué se humilló tanto su gobierno ante ETA y cual fue la razón que les llevó a obstaculizar de forma relevante las vías de investigación por el camino de la implicación a ETA, entre otras muchas sospechas similares.

Desde que perdió abrumadoramente las pasadas elecciones, el señor Pérez Rubalcaba se agarró con fuerza al sillón que poseía en su partido, y evitó cualquier intento de que le desplazasen; otra persona en su situación se hubiera retirado nada más ocurrir la terrible derrota. Pero este señor daba señales claras de tener un as en la manga que no quería desaprovechar. A patadas o puñetazos, alejaba de sí a quienes quisieran anularle.

¿Qué podría saber nuestro personaje del caso Bárcenas No quiero ni pensar en que él lo haya planeado. Pero si quisiera comparar los efectos actuales con los del 11-M. Cada cual que saque sus conclusiones.

Pablo D. Escolar