Carmen Gurruchaga decía en Onda Cero que lo ocurrido ayer en Granollers es un ataque en toda regla la política del PP en Cataluña. En lugar de discutirla, se enfrentan a ella por unos cauces intolerables, que son los cauces violentos. No es justo ni democrático que un partido que tiene una opinión no pueda expresarla por que hay un grupo de energúmenos que se lo impiden. Y lo de Montilla es de juzgado de guardia. No puede justificar la actitud fascista bajo ningún concepto. El PP puede defender lo que considere oportuno o mejor para los ciudadanos de Cataluña, pero eso no justifica las agresiones cada vez que no estamos de acuerdo con la política que hace un señor. No es comparable un exceso dialéctico, que se dan en los dos lados, con las agresiones físicas,  a las que no estamos acostumbrados y no nos debemos acostumbrar.