El Gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, nombrado por el Gobierno Aznar, decía en la mañana del jueves que los Presupuestos Generales del Estado para 2006 son expansivos, y ha recordado que el gasto supera al crecimiento del PIB nominal (crecimiento sin restar la inflación). Puso como ejemplo los recientes cesiones del Ejecutivo Zapatero ante las reclamaciones de distintos colectivos pescadores, transportistas o agricultores- por el aumento del precio del gasóleo.

La respuesta del vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, ha sido durísima. Ha puesto en entredicho la preparación de Caruana y ha advertido que el gobernador no se ha leído los acuerdos firmado con el Ejecutivo.

La lejanía entre Gobierno y Banco de España es cada vez mayor, especialmente desde que el ministro de industria, José Montilla, insinuó que el Banco de España había sido quien había filtrado al diario El Mundo la condonación de créditos de La Caixa al PSC. Asimismo, fontaneros de la secretaría de Estado de Comunicación de presidencia del Gobierno hablaron con periodistas y mantuvieron la misma tesis: es el banco de España quien había filtrado una información que sólo puede tener el supervisor o la propia Caixa.

Pero el asunto no acaba ahí. En la mañana del jueves, Caruana aludía, en defensa de la institución y de su propia persona a estos créditos y Solbes le recordaba que el Banco de España es independiente en política monetaria (algo que no se entiende muy bien porque la política monetaria es competencia del Banco Central Europeo), mientras que, siempre según Solbes, la inspección bancaria es ejercida por el banco de España en nombre de el Gobierno. En otras palabras, que Caruana no puede defenderse de las acusaciones.

Por si fuera poco, los socios del Gobierno los partidos que componen el tripartito catalán- han criticado abiertamente a Caruana por sus críticas al Estatut. Una guerra abierta entre gobierno y banco de España, entre partidos políticos y gobernador, no se había visto en toda la etapa democrática.

En junio el Gobierno deberá decidir quién sustituye a Caruana como gobernador