En medio de un ambiente en el que todo bebé no deseado se hace indeseable, llama la atención que en una cadena de televisión, de corte tan juvenil como MTV, se presente el reality show Embarazada a los 16, en la que estas chiquillas aceptan a su hijo con ternura, aún con los aprietos dictados por la juventud. Una serie centrada en varias jovencitas "cuya vida da un giro tan inesperado como fascinante al quedarse embarazadas con tan solo 16 años".

La serie recoge razonamientos y reacciones de familiares y amigos, educadores y vecinos. No se ocultan contradicciones y conflictos. Tampoco se dirime cómo y por qué se ha llegado a esa realidad. Pero asoma en su relato al embeleso que todos ellos sienten y transmiten por la vida del "nonato".  Sorprende el respaldo a la maternidad y la defensa de la vida del no nacido en el programa de MTV Embarazada a los 16.

En Estados Unidos, donde ya se presentó el "reality show", su peliagudo contenido proporcionó, con un punto de vista positivo, el coloquio y la cavilación entre jóvenes, progenitores y educadores sobre las relaciones sexuales y los cada vez más frecuentes embarazos de adolescentes. El programa pone de relieve el compromiso ante las secuelas de las decisiones que se toman en la vida, la importancia de la lucidez y responsabilidad en cuestiones de sexo.

Con menos repercusión, se habló también en España de embarazos adolescentes. Quizá porque nos quedamos con el desacierto que supuso la miniserie de Tele 5, El pacto. Y no se dio importancia a otra serie como Física o Química, de Antena 3, que nos ha ofrecido una agradable sorpresa al tratar este tema, aunque en otros es bastante nefasta.

En la cuarta temporada de Física o Química, una de las protagonistas queda embarazada después de una relación imprevista con un compañero del colegio. A pesar de las coacciones de su madre, que exige una rápida "interrupción del embarazo", la adolescente zanja el problema al decidir sacar adelante a su retoño. Y, en el proceso, presenciamos el efecto de transformación que la paternidad ejerce sobre el imprudente progenitor inmaduro: un cambio drástico en su estilo de vida, que fascina a todo el mundo. Con el aumentado efecto enriquecedor en el montón de amigos que apuntala a la futura mamá.

El respeto por la existencia que manifiestan estos adolescentes, que no tratan de demostrarlo con argumentos morales o jurídicos, significa una llamada para los legisladores y gobernantes. Deberían prestar más atención: en su perspectiva de actores de la vida pública, parece que están perdiendo la relación directa con sus gobernados. (Fuente: Aceprensa).

Clemente Ferrer
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