Así como lo oyen. No es presidente por la gracia de Dios porque este Gobierno hace gala de su laicismo militante. Pero resulta que ZAPATERO no es humano. De la Vega dixit (y pixit, que diría Calvo). O sea, que está por encima del bien y del mal. Incluso está fuera del ámbito afectivo y no se ve afectado por los últimos feos de Maragall. Viajan en el mismo avión, pero en asientos distintos, pero no está ni enfadado ni cabreado, porque -como creo haber dicho antes- Zapatero no es humano.

Quizás por eso se ha metido en este jardín estatutario de difícil salida. Hay quien piensa que Zapatero ha batido records de verse afectado por el síndrome de La Moncloa en menos tiempo. Eso debe de ser, porque se ha visto despojado de su naturaleza humana demasiado rápida. El es un hombre de Estado, el pacificador de las Españas, y su nueva naturaleza no le permite verse afectado por las maragalladas del president. ¡Qué fuerte! Lo dicho : yo me hago príncipe de Shealand.