• El ministro de Exteriores sirio acusa a países de apoyar el terrorismo en Siria: "Mientras haya países que apoyan el terrorismo, la conferencia no tendrá éxito; la diplomacia triunfará combatiendo el terrorismo".
  • La oposición siria pide a Bachar al Asad que abandone el poder.
  • García Margallo pone la Transición española como ejemplo de cambio democrático: "Lo primero que había que restablecer eran las libertades antes de llamar al pueblo a las urnas; primero la libertad, luego la democracia". 
Hoy miércoles ha comenzado la conferencia internacional de paz, llamada Ginebra II, en la ciudad suiza de Montreux, en la que participan delegaciones de 39 países invitados, entre ellos España y México. Termina mañana día 23. 

Lo relevante de esta cita es que se trata de la primera ocasión en la que se sientan frente a frente representantes del Gobierno y de la oposición armada para tratar de llegar a algún tipo de acuerdo.

Pero no va a ser fácil. Porque en sus discursos inaugurales ambas partes se han reafirmado en sus posiciones y han cruzado graves acusaciones de violaciones de los derechos humanos.

El secretario de Estado de EEUU John Kerry, había advertido que el actual presidente sirio Bachar al Asad no formará parte del gobierno transitorio en Siria: "Solo vemos una opción: negociar un gobierno transitorio nacido del consenso mutuo". "Eso significa que Bachar al Asad no podrá formar parte del gobierno de transición. Es imposible, inimaginable que este hombre que ha utilizado tanta violencia contra su propio pueblo pueda conservar la legitimidad para gobernar".

A Kerry le ha respondido con dureza el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualem (en la imagen): "Nadie tiene el derecho para dar o retirar la legitimidad de un presidente, un gobierno o una ley en Siria salvo los sirios". Y ha acusado de extremistas y terroristas a los representantes de la Coalición Nacional de Fuerzas Revolucionarias y de la Oposición (CNFROS), a quienes ha negado toda legitimidad: "Hemos venido aquí a poner fin al terrorismo. El diálogo entre los sirios es la solución, pero es nuestra obligación constitucional defender a nuestro pueblo y aquí les decimos que lo seguiremos haciendo". Y ha lanzado otra andanada: "Mientras haya países que apoyan el terrorismo, la conferencia no tendrá éxito. La diplomacia triunfará combatiendo el terrorismo", ha subrayado Mualem.

Por su parte, Ahmed Asid Yarba, presidente de la CNFROS, ha acusado al gobierno sirio del asesinato de civiles y de violaciones de los derechos humanos. Para ilustrar su denuncia, ha mostrado a los presentes una fotografía del informe realizado por tres juristas internacionales y hecho público el día anterior.

Todo parece indicar que, efectivamente, ha habido violaciones de derechos humanos y salvajismo, pero en los dos bandos. Porque los yihadistas que operan en el bando opositor a Damasco no son precisamente hermanas de la caridad. Más bien al contrario: son todavía más bestias que Al Assad. 

En las intervenciones de hoy, el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, ha puesto la Transición española como ejemplo de cambio democrático, pero "con la exclusión de personas que han participado en crímenes difícilmente perdonables en el siglo XXI". "Según esa experiencia, que yo deseo para el pueblo sirio -ha explicado el ministro español- lo primero que había que restablecer eran las libertades antes de llamar al pueblo a las urnas. Primero la libertad, luego la democracia".

El cristianismo reza para que de las enquistadas posiciones de los dos bandos sirios, pueda salir un rayo de esperanza para alcanzar la paz. 

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com