Sr. Director:

Hace tan sólo unos días hemos leído dos noticias acerca de Ghana. La primera era motivo de alegría, pues se celebraban los 50 años de su independencia. Fue exactamente el 6 de marzo de 1957 cuando la entonces llamada Gold Cost se convirtió en la primera colonia que obtenía la libertad.

Pero acerquémonos un poco a este país africano: Ghana es un país de África occidental, situado en el golfo de Guinea, justo al norte del ecuador; limita al norte con Burkina Fasso, al sur con el Océano Atlántico, al este con Togo y al oeste con Costa de Marfil. Su superficie es de 283.537 km2 y su población supera los 22 millones de personas. Su capital es Accra. El inglés es su idioma oficial. La esperanza de vida es de unos 58 años para el hombre y de 62 años para la mujer. Su ejército está compuesto por unas 7.000 personas. Los primeros en llegar a sus costas fueron los portugueses, a finales del siglo XV. Durante los siguientes trescientos años, las potencias europeas controlaron el mercado de esclavos y el oro de la región.

Fue colonia británica bajo el nombre de Gold Cost y en 1960, el nuevo Estado tomó el nombre de República de Ghana, con Kwame Nkrumah, líder del Convention People's Party (CPP) como su primer presidente y que jugó un papel importante en la lucha para la liberación de otros países africanos. En febrero de 1966, Kwame Nkrumah fue derrocado por un golpe militar. A partir de entonces, los sucesivos intentos de gobiernos civiles fueron abortados por la intervención de los militares. El presidente actual de Ghana es John Agyekum Kufuor.

La segunda noticia tiene que ver con la situación general de África. Sólo 11 de los 53 Estados son democracias y, aunque es el continente que más ayudas recibe, su pobreza es extrema.

Según la agencia de noticias IRIN –http://irinnews,org - , citando fuentes oficiales del país y de ONGs que trabajan en la zona, en la capital Accra unos 21.000 niños viven en la calle. Se cree que en todo el país habrá unos 50.000. El lugar de nacimiento, el grupo étnico o la religión no parecen ser importantes a la hora de decidir qué niño acaba en la calle; parece que son decisivos la estabilidad familiar y la pobreza. El 80% de los niños que dejaron su casa lo hicieron por problemas familiares. Otras causas son: los problemas económicos en las zonas rurales, la falta de escuelas o los matrimonios forzados. Se ha roto la estructura de la familia tradicional debido a los conflictos que, de manera casi endémica, asolan al continente, lo que ha contribuido al aumento de niños de la calle en la región. Una vez allí, los niños sufren malnutrición, no van a la escuela y sufren abusos de todo tipo. Los trabajadores sociales no disponen de medios para ayudar a estos niños de modo eficaz y, mucho menos, para atajar el problema. La ONG Catholic Action for Street Children (CAS), trabaja en Accra y ha logrado sacar de las calles a unos 1.500 niños. Pero como dice un representante de esta ONG, las iniciativas deben partir de los políticos.

Si el aniversario nos ha llenado de alegría, la otra cara de la moneda nos presenta un interrogante: ¿logrará África, por sí misma, salir del impasse en que se encuentra?

Maite Vaquero Oroquieta

maite.vaq@hotmail.com