En el diario El Mundo (edición del martes 14), el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (más conocido como Gay-ardón) afirma no haber recibido ninguna presión para suspender la administración en centros municipales de la píldora del día después a niñas a partir de los 10 años. Sin despeinase, Gay-ardón se jacta de haber solucionado un problema de la ley del medicament No hemos dado ningún paso atrás. Existía una laguna, como consecuencia de que la Ley del Medicamento no resuelve cómo se tiene que administrar el medicamento a las menores de 16 años. Nosotros hemos resuelto esa laguna en un sentido determinado. El sentido determinado consiste en seguir recetando esta píldora abortiva a niñas de entre 10 y 21 años, sólo que como cualquier padre podría denunciarle por burlar su patria potestad, el regidor de la Villa ha decidido solicitar permiso hasta los 16 años y barra libe para el resto. O sea, el sentido determinado consiste en seguir regalando la pildorita con el dinero de nuestros impuestos.

Eso sí, nadie le ha presionado. Bueno, no sé lo que Gay-ardón entiende por presionar, pero comprendo que a él sólo le presione el Grupo Polanco. Ahora bien, para ser un señor que se inclina con unción a besarle la mano al Papa, la verdad es que llama la atención que nadie le presione.

Sábado sabadote, día de juerga y polvote. Copulemos la noche del sábado que Gay-ardón nos regalará una pildorita el lunes. Y papá y mamá en Babia.

Créanme, si me viera forzado bajo amenaza de muerte, a elegir el votar entre un nazi, un estalinista (o lo que es mucho peor, un progresista) y Gay-ardón, elegiría a cualquiera de los tres primeros. Incluido el progre. Pero eso sí, lo haría con un sentido determinado.

Eulogio López