Tras retirar su OPA sobre Endesa, la gasera catalana se plantea cuatro posibilidades: fusionarse con Repsol YPF, con Fenosa, con EDP o con EDF. La Caixa, no inmediatamente, podría renunciar a Repsol YPF, pero nunca renunciará a GN

Terminó la batalla de Endesa y ahora en el entorno Caixa se plantean el futuro de Gas Natural. De todo el proceso, lo único que ha quedado en la incógnita ha sido la pataleta final: ¿Por qué GN se ha retirado en el último momento? Podía haber planteado su misma oferta y así habría forzado al alza la OPA de E.ON, que al quedarse sólo en el cuadrilátero ha bajado su oferta desde los 45 euros que Bernotat había pedido a su Consejo de Administración hasta por debajo del máximo que le había aprobado dicho órgan 40 euros por acción.

Todo indica que GN no ha buscado con ello favorecer a E.ON aunque lo haya hecho- sino no favorecer a Endesa, a cuyo equipo directivo culpa de sus males, más que a los alemanes. Lo que está claro es que de la pelea de dos grupos españoles otra vez la España cainita- se han beneficiado los alemanes.

Fuera como fuese, lo cierto es que ahora la empresa que preside Salvador Gabarró se plantea su futuro. Digamos que la alternativa que antaño se despreció, la fusión con Fenosa, se ve ahora como la opción más probable. Como explicamos en nuestro confidencial Florentino está dispuesto a vender Fenosa para comprar Iberdrola. Necesita liquidez y, además, Fenosa cuenta con un número 1 del sector, el consejero delegado Honorato López-Isla, que, si bien no se entiende con Ignacio Galán, podría entenderse con los catalanes.

La otra opción de Gas Natural es la propia Repsol YPF. De hecho la primera opción energética de La Caixa fue Repsol-GN-Endesa. Es una opción nada desechable pero a la que le falta la pata eléctrica. Además, la relación entre La Caixa, y casi podríamos decir la Generalitat y todo el tejido industrial catalán, y Gas Natural no es la misma que la que tienen Caixa y Repsol YPF. Dicho de otra forma, puede que algún día Fornesa decida irse de Repsol YPF, pero nunca se irá de Gas Natural. Y hasta puede que ese día coincida en el tiempo con el futuro holding industrial de La Caixa.

Tercera opción: la portuguesa EDP. Geográficamente la unión está bien pensada, pero EDP debe privatizarse y librarse de sus tutelas italianas. Ahí entraría en danza Hidrocantábrico, la gran olvidada.

Por último, Gas Natural tiene la opción del gigante francés EDF, deseoso de poner una pata en los grandes contratos de gas, más que en los clientes de gas de GN. Ahora bien, los franceses sólo admiten una absorción pura y dura, algo que no en La Caixa ni en Repsol YPF se plantean por le momento.

Respecto a todos los rumores sobre Suez, hay que decir que tienen su origen en el hecho de que Antonio Brufau es consejero de Suez, y en que Suez es socio eterno de La Caixa (de entrada, en Agbar). Ahora bien, nada se moverá hasta que se produzca la fusión Suez-Gaz de France, o la grandeur francesa frente a la perfidia italiana, y mientras no se produzca el relevo en el Elyseo.