Desde el Copenhague olímpico, el alcalde de Madrid logra sacar de quicio, a un tiempo, a Rajoy y a Aguirre 

Preocupación en el Banco de España: la situación de la entidad no aconseja demorar el relevo en la Presidencia. Blesa aprovecha el tiempo para intentar colocarse en Iberia, sea por la vía de British, o mejor, por la de Lufthansa.
Las bombas siempre caen en viernes, quizás porque los jueces prefieren irse de fin de semana con la satisfacción del deber cumplido. Por eso, el Juzgado 60 de Madrid ha paralizado las elecciones en Caja Madrid. Ojo, en el presente caso el problema es que Su Señoría ha aceptado la suspensión cautelar del proceso, que se suponía debía terminar a mediados de noviembre, por lo que ahora mismo nadie sabe qué va a ocurrir. No es una sentencia pendiente, es una paralización de hecho.

La noticia surgía en Madrid pero viajaba a velocidad luz hasta Copenhague, donde se encontraban todas las fuerzas vivas: SS.MM. los Reyes de España, el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y los cocineros del famoso asador Txistu (este último punto, absolutamente relevante).

El ambiente de consenso tan cantado por los analistas durante las horas precedentes debía quedar ligeramente malogrado tras conocerse la decisión judicial. Desde la Comunidad de Madrid, a las primeras voces, anónimas, hablaban de irresponsabilidad, mientras los responsables de imagen de Génova aseguraban que esta vez sí, Gallardón había conseguido irritar, todo a un tiempo, al presidente Mariano Rajoy y a su compañera y enemiga Esperanza Aguirre. Esta vez, el señor alcalde ha ido demasiado lejos.

Con todo, el más preocupado es el Banco de España. Retrasar el relevo en la Presidencia significa retrasar el intento de solucionar los problemas de Caja Madrid ahora mismo la entidad que más preocupa al supervisor.

Al mismo tiempo, el todavía presidente, Miguel Blesa, se frota las manos: ahora, el amigo de Aznar tiene más tiempo para buscarse una salida adecuada,  a ser posible en Iberia, sea por la vía de British Airways o de la de Lufthansa, una opción que siempre ha gustado a Blesa y que le podría facilitar la presencia en las aerolíneas de su amigo, el presidente de E.ON, Gulf Bernotat.

Además, la opción de Lufthansa se acrecienta desde el momento en el que la Comisión Europea, en una decisión sorprendente, ha acusado a los tres líderes de la alianza One World de restringir la competencia en el atlántico norte. Si a eso le unimos el agujero negro del fondo de pensiones de BA, la opción Lufthansa gana puntos.  

En cualquier caso, esta vez Gallardón se ha superado a sí mismo. Por de pronto se hazaña judicial va a retrasar como mínimo, 40 dias el proceso, aunque podría ser un retraso indefinido si el juez decide mantener las cautelares, tras el correspondiente recurso. En el Gobierno madrileño insisten en que Gallardón hace todo esto para imponer un veto al vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González. Una actitud un poco tonta, dado que que supuesto y no admitido, que González sea el candidato de Aguirre, la controvertida mano derecha de la presidenta de la Comunidad de Madrid no necesita el veto de Gallardón, tiene el del mismísimo Mariano Rajoy.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com