El director de publicaciones de La Razón, José Antonio Vera, estaba gracioso en la mañana de este miércoles. Durante un desayuno informativo organizado por Europa Press, le preguntaba al alcalde madrileño, Alberto Ruiz Gallardón, sobre los nuevos planes de infraestructuras para la próxima legislatura. Una pregunta realizada con retranca, ironía y pelín de mala leche.

- Yo sé que esta pregunta no estaba formulada con ironía- señala Gallardón.

- Cuando hay que explicar la ironía, malo- interrumpe el moderador.

El caso es que Gallardón justifica las obras porque era necesario a su juicio- que Madrid cogiera el tren del siglo XXI y que recuperara el tiempo perdido. Las redes de distribución interna se habían quedado obsoletas, explica el alcalde, y corríamos el riesgo de quedarnos obsoletos y anquilosados, con una ciudad incapaz de atraer inversión extranjera.

Así que el equipo municipal señala Gallardón- decidió concentrar las obras en tres años, de manera que la próxima legislatura sólo quedara por cerrar la operación Chamartín y poner guapa a la ciudad, para que podamos disfrutar de su belleza. Vamos a poner la alfombra a las calles, señala el poético de Gallardón. En resumen: Vamos a recuperar la ciudad, dormida por el desarrollo desordenado de los últimos 40 años. Se agradecerá que el mar de grúas como reconoce el propio Gallardón se frene. Aunque como dice el presidente de la FEMP, el socialista Heliodoro Gallego, obras son amores y no buenas razones.

Así que la gente no termina de estar convencida. En la noche del martes, El Canto del Loco actuó en la plaza de toros de las Ventas. Hasta en 30 ocasiones se cagaron en las obras y los parquímetros. Los aplausos fueron espectaculares.