Galán quiere convertir Iberdrola en la primera compañía del mundo

El presidente de Iberdrola advierte: sin energía nuclear nos costará 35.000 millones más. Advierte que, para 2020, hay que ir preparando ya la construcción de nuevos reactores o la renovación de los actuales. Durante años se negó a hablar de nucleares asegurando que él no hacía la política energética; tras su alianza con Suez, ahora ha cambiado de opinión. Y es que Iberdrola sabe que la energía eólica no da para más en España.
Hasta hace un año, cada vez que se le preguntaba a Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, por la energía nuclear, respondía siempre lo mismo: Yo no hago la política energética, eso es cosa del Gobierno. Con su increíble capacidad para hacer de la necesidad virtud, el presidente de la primera eléctrica del país, convertida ahora en la primera empresa de energía eólica del mundo sabe que, en España, el viento no da para más. Los primeros 4.000 MW -pongan 8.000 si quieren pero ni uno más -salvo años especialmente ventosos- son los que pueden ser rentables por sí mismos. La solar, muchísimo más cara y menos eficiente, ha nacido desde el primer megawatio colgada del erario público, por lo que Galán, en otro de sus famosos epigramas, decidió que la solar es un producto financiero. Se ganó la enemiga de la famosa triple A (ACS, Acciona y Abengoa, a las que hay que añadir Isolux, líder en solar fotovoltaica) pero la verdad es que a Galán le importa más bien poco coleccionar enemigos.

Y ahora tras su acuerdo con el grupo francés Suez para desarrollar la energía nuclear en Reino Unido y otros predios europeos, don Ignacio se nos ha vuelto el paladín de la causa nuclear, el adalid de los reactores. Ahora sí hace política energética, por bien del país, se entiende y, ya de paso, por el bien de sus accionistas y de él mismo

Y así lo ha dejado claro durante su comparecencia de la mañana del miércoles, durante su comparecencia en la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados. Asegura que sin nuclear el coste energético se elevará en 35.000 millones de euros y que hasta 2020 no habrá problemas, pero que, para aquel entonces, sin nuclear no está asegurado el suministro.

Por pura casualidad, si se quiere más energía nuclear en 2020 es ahora cuando hay que empezar a trabajar. No para nuevos reactores, sino siguiendo el truco Obama, el presidente verde que, al mismo tiempo que subvenciona viento y sol (en lo primero, uno de los principales beneficiarios es, precisamente, Iberdrola), alarga la vida de los más de 80 reactores nucleares norteamericanos en otros 20 años, de cuarenta a sesenta. Sí, en 2020 los principales grupos nucleares españoles contarán con esa edad: 40 años.

De esta forma, el Gobierno Zapatero podrá borrar su desastrosa política energética alargando la vida de los reactores, especialmente ahora que, tras Copenhague, resulta que la energía nuclear representa un instrumento contra el calentamiento global (lo ha supuesto siempre, pero es ahora cuando interesa recordarlo).

Por lo demás, el verdadero objetivo de Ignacio Galán consiste en convertir a Iberdrola en la primera eléctrica del mundo. Ahí ha comenzado un coqueteo de resultado incierto con Suez, una empresa más diversificada, más capitalizada y, sobre todo, controlada por el Estado francés.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com