La señora ministra de Defensa, Carme Chacón, es una frívola de grandes proporciones. Sólo una frívola puede decidir no informar a la opinión pública de lo que ocurre en Afganistán, donde los soldados -y legionarios, que no hay que tener temor a pronunciar el nombre con orgullo-.

Chacón sabe, porque así se lo ha comunicado a la inteligencia militar, que Occidente necesita medio millón de soldados para ganar la guerra a los talibanes. Se trata de un país inmenso cortado en diagonal por una peligrosa cordillera montañosa donde los talibanes se mueven a sus anchas. Datos de la inteligencia militar española aseguran que se necesitan 500.000 soldados. Puedes asumir ese riesgo y puedes no asumirlo. Ambas cuestiones son legítimas. También la de la retirada. Sólo debes ser consciente de que si Occidente no gana la batalla de Afganistán no ganará ninguna otra. El comunismo no cayó por la derrota rusa contra la guerrilla afgana sino por su inmoralidad intrínseca. Ahora bien, en  Afganistán el ejército rojo demostró que no era imbatible y eso ayudó un tanto al derrumbamiento de la tiranía.

Pero a una ministra tan frívola que ni tan siquiera se atreve a pronunciar la palabra España -lo hace lo menos posible- por no hablar de patriotismo -que no emplea jamás si no es para explicarnos su peculiar patriotismo onegero- tampoco se puede explicar mucho.

Y es frívola con los principios que deben adornar a una ministra de Defensa de España, es superficial porque con su actitud pone en peligro la vida de los soldados españoles y es cabeza hueca porque piensa que mintiendo va a poder ocultar lo que está ocurriendo. Pero, eso sí, es ambiciosa y cruel: tras destrozar el ejército español -aunque todo empezó con la supresión de la conscripción y con el pepero Federico Trillo- Chacón pretende llegar a la Presidencia del Gobierno ¡Le hace mucha ilu!

Eulogio López

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