El Gobierno ha confirmado que se reunirá con el lehendakari Ibarretxe el próximo miércoles 7 de septiembre. Analizarán, apuntan las fuentes oficiales, la situación política del País Vasco. Curiosamente, la reunión se produce de manera bilateral antes de la Conferencia de Presidentes autonómicos.

No es ningún secreto que el PSOE ha comenzado a sondear la posibilidad de un acuerdo con el PNV en materia presupuestaria. Un mensaje de celos para ERC e IU como claramente señalara Montilla: No son la única alternativa. Ahora el discurso es diferente: Queremos ampliar, no sustituir. Vale, aceptamos pulpo como animal de compañía.

En todo caso, en el PSOE deberían saber que el PNV de hoy, no es el vasquismo que gobernó junto a Jauregi el ejecutivo vasco. El peneuvismo ha hecho una apuesta estratégica por el secesionismo, por la independencia. El acuerdo presupuestario propuesto por Erkoreka lleva aparejadas exigencias políticas: ampliación de la Ertzaintza, resolución del contencioso en relación al cupo, libertad para fusionar las cajas sin interferencias, etc.

Por eso la propuesta del presidente del Senado, Javier Rojo, resulta un tanto ingenua. Rojo pretende ofrecer al PNV el caudal político del PSE para evitar las hipotecas del PCTV. Pero bastaría con que la Fiscalía interviniese para que la hipoteca desapareciera. El sindicato de funcionarios Manos Limpias ha denunciado al Fiscal General del Estado por omisión de sus obligaciones cuando el consejero Balza permitió la manifestación de la ilegalizada Batasuna en Bilbao.

Ahora el Gobierno tendrá que mover ficha. Y parece que la ficha va más bien por permitir que Batasuna se presente a las elecciones. El gestito de Otegi en el sentido de reconocer que el entorno de violencia no es el mejor para una mesa de diálogo seguramente será utilizado como un clavo ardiendo en el proceso de negociación.

Y la negociación consiste básicamente en paz por presos. El alto comisionado para las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces Barba, ya sondeó a la AVT en febrero en este sentido. Peces les instó a hacer esfuerzos y a ceder en pro de la paz. Pero las víctimas reclamaron justicia. Porque conviene recordar que las víctimas han renunciado a la venganza porque esperan que el Estado practique la Justicia. Abandonar este principio, podría desencadenar consecuencias imprevisibles y algunas víctimas ya lo han advertido.

Pero al Gobierno le da igual. Emprende en estos meses un proceso delicado en el que ZP espera pasar a la historia como el pacificador. Pero conviene recordar que no se puede gobernar en contra del pueblo y que el 4 de junio, la sociedad española envío un mensaje nítido al Gobierno : Con terroristas no se negocia. Las víctimas quieren Memoria, Justicia y Dignidad. Y el 4 de junio fue sólo el comienzo. ¡Escucha zETAp!

Luis Losada Pescador