Aparece por el despacho lo menos posible y ha abandonado su pugna con Alfredo Sáenz

La estrella profesional de Francisco Luzón se apaga lentamente. La personal menos: se ha comprado un casoplón en pleno centro de Madrid y teletrabaja bastante. Cada vez viaja menos a Iberoamérica, de la que es responsable al igual que el responsable de Brasil, Marcial Portela, en suma, se comporta más como consejero que como primer ejecutivo.

Todo ello ha hecho que languidezca la pugna permanente entre los dos primeros espadas del fallecido Pedro Toledo en el Banco de Vizcaya: Luzón y Alfredo Sáenz. El actual consejero delegado del Santander tiene toda la confianza de Botín y Luzón sabe que nunca podrá sustituirle. Además, Portela, su segundo, reporta ya al propio Sáenz. Lo cierto es que Botín no ha tenido nunca ningún ejecutivo que le dure tanto como Alfredo Sáenz y al que haya permitido tanta libertad.