Apuesta por los incentivos fiscales para retener en Europa a la industria automovilística

 

Hay 'buen rollo' entre Zapatero y Sarkozy. Y sirve, añade el embajador de Francia en España, Bruno Delaye. Ese buen rollo se traduce en apoyo explícito a los trabajos de la presidencia europea. De momento las cosas van bien; se está manejando la transición con mucha sutileza; el entendimiento está siendo perfecto. Es más, el embajador considera que el reparto de papeles quién hace qué está funcionando bien tanto con Van Rompuy como con Alstom.

Incluso Delaye aplaude las sanciones advertidas por Zapatero. Nunca ha hablado de sanciones, sino de una mayor coordinación en la gobernanza y en la agenda 2010 para mejorar la competitividad y alcanzar el 3% en I D. Tenemos que cumplir por fin las metas que nos proponemos; más presión para los que no cumplen y más incentivos para los que cumplen. De esta manera, Francia avala a Zapatero y se desmarca de Alemania.

Por último, el embajador avala también la apuesta de Zapatero por el coche eléctrico porque, advierte, de momento la Comisión no ha hecho nada de nada para establecer las infraestructuras necesarias de un vehículo eléctrico que saldrá de las líneas de producción este año o el que viene. Por eso estamos de acuerdo con Zapatero, es superurgente, apunta Delaye. Y es que el coche eléctrico no es sino una apuesta más para mantener la industria automovilística en Europa. Necesitamos una política industrial común en la UE; basta ya de deslocalizar fuera de Europa la producción; no podemos aceptar que como en Gran Bretaña no haya más industria automovilística.

Por cierto que para el embajador de Francia en España la situación de la planta de Renault en Valladolid es ahora mucho más estable y esperanzadora; es más fuerte que antes de lo que lo era antes. ¿Razón? El acuerdo entre empresa, sindicatos, Junta de Castilla y León y Ministerio de Industria.