• El portavoz de Asuntos Económicos pide al primer ministro que acelere las reformas estructurales.
  • Simon O'Connor no entra en la remodelación del Gobierno pero sí en la necesidad de que Francia crezca.
  • Resta importancia al esfuerzo de ajuste fiscal: ya veremos en otoño lo que no vimos en primavera.
  • La Comisión Europea teme que el estancamiento de la segunda economía del euro debilite más la recuperación.

Poco ha tardado la Comisión Europea, un día, en recordar a Francia que, al margen de su devenir político o el duelo entre las dos izquierdas irreconciliables en el Partido Socialista, tiene deberes que hacer. El problema no es político, que lo es, sino también económico. La Comisión teme que el estancamiento de la segunda economía del euro arrastre al resto y debilite más la recuperación continental. Recuerda a Felipe González tras su primera visita a China, cuando salió convencido de que "lo importante no es que el gato sea blanco o negro sino que cace ratones". Era también un modo de certificar su 'muerte ideológica' frente al pragmatismo político, justo al revés de lo que hizo Zapatero.

Volvamos a Francia. No hay otra explicación a las declaraciones del portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión, Simon O'Connor. "No voy a comentar la composición del nuevo Gobierno francés; es un asunto evidentemente interno", ha dicho, y ha recordado a continuación que el nuevo Ejecutivo "tendrá que acelerar las reformas estructurales necesarias" para apuntalar el crecimiento y el empleo.

Con su remodelación, el primer ministro, Manuel Valls (en la imagen junto a Hollande), ha desmarcado a los ministros díscolos con su plan de ajuste (un recorte de 50.000 millones de euros en el gasto público), especialmente el titular de Economía, Arnaud Montebourg. El presidente Hollande es consciente de que juega su último cartucho.

A Bruselas no le preocupan las piezas sino la intención. Le basta el hecho de que Valls confirmara su compromiso de "cumplir" la agenda de reformas, que, ha recordado O'Connor, "son esenciales para que Francia se relance de "forma estable y duradera" para ajustar sus cuentas públicas.

Y O'Connor no ha dado más importancia al posible incumplimiento francés del límite del 3% en déficit público. "Francis -ha dicho- estaba intentando en primavera el esfuerzo exigido para este año. En otoño revisaremos la situación. Para poder hacer esto hará falta tener compromisos concretos que se presentarán en el proyecto de presupuesto de 2015".

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com