La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, controlado por el Gobierno pero que ofrece el campo de muestras más amplio, ofrece una conclusión muy clara. El Partido Popular perdería el gobierno de Galicia, su feudo más importante. La encuesta sobre intención de voto para las elecciones gallegas el próximo 19 son demoledoras: El Partido Popular retrocedería entre 5 y 7 escaños, desde los 41 actuales podría quedarse en 34. Los socialistas pasarían de 17 a 24 o 2 escaños, a pesar de que su candidato, Emilio Pérez Touriño apenas es conocido en el resto de España y en Galicia se le considera un hombre gris. Sus aliados del Bloque Nacionalista Gallego, la izquierda radical, retrocederían de 17 a 15 escaños.

Lo curioso es que el PP, a pesar de ese fortísimo varapalo, sería el partido mayoritario en Galicia, si se cumplieran las previsiones del CIS. Simplemente, todo el mundo sabe que socialistas y nacionalistas radicales gobernarían conjuntamente, Sin embargo, Touriño ha dado orden a sus huestes de que en ningún caso aparezcan junto a los candidatos del Bloque. Cada uno hará la encuesta por separado. Cuando ganen, ya formarán un Gobierno bipartito convenientemente hermanado pero después de las urnas

Por su parte, Mariano Rajoy, el presidente del Partido Popular, ya ha dicho que aunque se pierda Galicia, él permanecerá al frente de la formación. Lo cierto es que los barones siguen insistiendo al oído de los periodistas: si pierde, Rajoy debe irse. Él dice que se mantendrá, y que la verdadera derrota sería caer en las municipales de 2007. Una gran tontería, porque se esperan elecciones generales para mucho antes. Si se precipitan las negociaciones con los etarras, para ahora mismo, si no, para el próximo año, con motivo de las reformas constitucionales previstas.

Y todo ello por no hablar de Rodrigo Rato, director gerente del FMI, recibido el jueves como un héroe tanto por la plana mayor del PP como por la del PSOE.