Ni hubo prorrateo, ni, tras la OPA finalizada el miércoles, se cayó el valor en bolsa. Es más, ha sucedido justamente lo contrario. La cotización de Metrovacesa se disparaba un 13% con la apertura del mercado el jueves 21.

Con datos casi definitivos, la OPA de Rivero y Bautista Soler ha superado el 23% de acciones captadas frente a tan solo el 14,4% de los Sanahuja. En definitiva, Rivero y Soler controlan ahora un 36% del capital, mientras las cajas de ahorros, que apoyan al presidente se han quedado en el 10%. Los Sanahuja alcanzan un 42% del capital y queda un capital flotante del 15-16%, por lo que Metrovacesa podrá seguir formando el Ibex 35 (límite mínimo del 10%).

Lo más curioso de todo es que ha habido un inversor que ha colocado un 4,6% a la OPA de los Sanahuja, que ofrecían 78 euros por título, frente a los 80 de la OPA competidora. Como no podemos ni sospechar que se tratara de un aparcamiento de los propios Sanahuja, en cuyo caso la CNMV debía intervenir, muy pronto deberíamos ver a alguna casa de bolsa despedir fulminantemente a su responsable de inversiones por inútil.

El espectáculo que ahora se abre en la primera inmobiliaria española puede resumirse así: Rivero seguirá controlando la compañía y los Sanahuja reclamarán más consejeros. En este momento, cuentan con 3 vocales de los 18 que componen el máximo órgano administrativo. Con la ley de sociedades anónimas en la mano, a los Sanahuja les corresponderían 7 consejeros, pero las famosas normas de buen gobierno han cambiado mucho todo eso, con la aparición de los consejeros independientes, que, como todo el mundo sabe, son los consejeros más dependientes. En cualquier caso, los Sanahuja han perdido y, no sólo eso, sino que se han puesto difícil la retirada. No se vende un 42% del capital de la noche a la mañana. Sobre todo si el gestor está dispuesto a fastidiarte todo lo que pueda. Y Rivero lo está.