Sr. Director:

El inicio del curso escolar se nos presenta cargado de retos para la comunidad educativa. Los datos facilitados por los diversos organismos, ratifican lo que ya nos había dicho el informe PISA. El fracaso de nuestro sistema educativo es un hecho que no admite dudas. La educación en España está enferma, ya que tenemos una tasa de abandono escolar por encima d la media europea y a nivel mundial solamente están por debajo de nosotros: Méjico, Brasil y Turquía.

Es sorprendente que ante la magnitud de la situación escolar que pone de manifiesto el fracaso rotundo de las leyes emanadas por el partido socialista, los máximos responsables del MEC, miren para otro lado, y la progresía que aplaude las tesis del Gobierno se dedique a sacar conclusiones parciales, como si la única solución estuviese en el incremento de fondos para educación. Que esta dimensión es necesaria, nadie lo pone en duda. Pero que no es suficiente, está archidemostrado. Inger Enkvist, profesora sueca, manifiesta: si sube el nivel de vida de los países, ¿por qué desciende su rendimiento educativo?. Los educadores sabemos que el rendimiento escolar, nunca guarda proporción con los medios materiales de los que se disponemos, que hay otras variantes que es preciso considerar.  

Cuando era de esperar medidas correctoras a nuestro sistema, como sería abrir un debate nacional con el fin de llegar a conseguir el Pacto de Estado en educación, que incluyera como punto de partida la valoración del esfuerzo, el respecto al profesor, la concreción de unos contenidos básicos bien definidos, así como una mayor autonomía a los centros, los responsables del MEC, estén muy atareados en presentarnos antes de fin de año los decretos que regulen las nuevas enseñanzas (Educación para la Ciudadanía).

Ante la tozuda realidad, ¿perderemos esta oportunidad?

Laureano Yubero Perdices

laureanoyubero@terra.es