No prosperó al moción de censura presentada por la oposición al gobierno checo, por lo que Telefónica ya tiene allanado el camin su oferta 2.754 millones de euros por el 51% del capital de la telefónica checa ya es un hecho. Cesky es una empresa con un elevadísimo margen de rentabilidad que cuenta con 4,5 millones de clientes de móvil y 3,5 millones de fijo. Hasta ahí todo correcto, porque, además, Telefónica tan sólo ofreció un 5% más que el consorcio suizo que finalmente se retiró del concurso. No, lo que ha llamado la atención es que Telefónica se marche a Chequia, aunque la compañía merezca la pena. En concreto, la prensa económica extranjera, especialmente la anglosajona, aunque aplauden las condiciones financieras de la operación, se muestran extrañados, y hasta ofendidos: ¿Qué hacen los españoles en Europa? Primero el Santander, que compra el Abbey británico; luego BBVA, que pretende comerse al BNL italiano; ahora Telefónica, con Cesky Telecom. Su sitio es Hispanoamérica.

Y a lo mejor se quedan incluso más sorprendidos si Alierta consigue hincarle el diente a una pieza de caza mayor: Turquía. Aunque, y en eso no les falta razón, lo cierto es que Telefónica debería apuntar hacia el mundo hispano norteamericano, porque el principal activo de una empresa de telecomunicación española, sigue siendo el idioma español.