Aunque Maragall afirma sentirse muy cómodo con el Estatut que le coloca como la nación sin Estado con más autogobierno del mundo, el nacionalismo sembrado nunca sale gratis. Carod Rovira insiste en que su objetivo final es la independencia. Y los catalanistas de CiU afirman el privado que ellos también aspiran a la independencia y que este Estatut está bien para una generación y media. Pero no más.

Además, un elevadísimo porcentaje de los jóvenes votantes, eligen ERC como su mejor alternativa. Son los hijos de CiU, formados en el catalanismo de Pujol, rebeldes de sus padres, y contestatarios. Es posible que cuando se hagan mayores regresen a CiU, por aquello del orden en la cuenta corriente. Pero todavía queda un rato para alcanzar la madurez. Así que ahí están, quemando banderas de España ante el aplausos de la concurrencia.

No son los únicos, porque la plana mayor del PSC, Maragall incluido, se hizo acompañar por jóvenes que portaban una camiseta con el texto : Tots som Rubianes. Sí, ese actor mediocre que se ha hecho famoso por hablar de la puta España y desear que a esa España les estallaran los cojones. Que ya es desear. Pues bien, el muchacho se ha hecho famoso desde que Gallardón le vetara en el Teatro Español. Y aunque los catalanistas de todos los partidos exculpan a Rubianes diciendo que trataba de insultar sólo a la España facha, el mal ya está hecho. Y eso de la puta España en el fondo le va bien a Maragall. Eso sí, la camiseta que se la pongan los chavales. Como los chicos de la gasolina. Hacen lo que a sus mayores les gustaría hacer. Ellos no se atreven a hacerlo, pero aplauden. Y por supuesto, nadie puso ningún impedimento a la quema de banderas.