Sr. Director:

Eso es lo que deben aprender a decir los componentes de las brigadas para luchar contra los incendios según se desprende de las exigencias de la Xunta en las oposiciones para pertenecer a dichas cuadrillas. No importaba tanto su cualificación como técnicos ni como especialistas en la materia. Lo fundamental y discriminatorio era poseer un certificado de haber realizado un curso de idioma gallego.

Para que se note el cambio de gobierno prescindieron de la práctica totalidad del personal anterior que se supone estaba capacitado para tales labores. Calidoscópico y surrealista, pero auténtico.

Ahora hay que echar las culpas a alguien, y en eso están. Para ayudar en esta labor no en la de apagar los fuegos-  incluso se ha acudido a ciertos personajes que, no sé muy bien porqué, llaman intelectuales en lugar de tiraboleiros de prebendas y mamoncillos de subvenciones. A ellos se les ha encargado difundir la teoría de la existencia de tramas incendiarias fomentadas por los que no han asumido la pérdida del poder en la Xunta. Lo cierto es que, hasta ahora,  el único detenido vinculado oficialmente a un partido político (se presentó en las listas para concejales en las últimas elecciones municipales)  pertenece precisamente al partido que gobierna actualmente.

Jamás admitir la incompetencia  propia. Y si hay que calumniar, pues eso, se calumnia. Los gobernantes saldrán impolutos. Nunca aceptarán su responsabilidad. La política es así.

No parece que existan tramas. Existe dejadez e incompetencia para prevenir los incendios y para neutralizar a la docena de pirados que surgen todos los años. Como esto no se hace pues se echa la culpa a despechados. O peor, al pueblo gallego en su conjunto por padecer de lo que la ministra llama patología gallega. Parece que, además de los gobernantes, de momento quedan libres de culpa los suevos, lo que reforzará su posición para figurar en el Estatuto como creadores originarios de la nación gallega.

El monte se quema por negligencia de los que cobran para que tal cosa no suceda. Y también lo queman desaprensivos, o como se les quiera llamar,  contra los cuales no actúa, como se debiera, la autoridad competente.

Ahora, y para que veamos que saben actuar con celeridad, se anuncia que cuando terminen las vacaciones del  Gobierno, y coincidiendo con el anuncio solemne y oficial de las negociaciones con ETA- se celebrará un Consejo de Ministros en el que se aprobarán ayudas económicas a los damnificados. La fatal coincidencia con la época vacacional del Gobierno imposibilita una convocatoria inmediata.

Los políticos necesitaban descansar después de haber estado muy ocupados en diseñar las pruebas lingüísticas exigidas para trabajar en las brigadas y retenes.

Y, quienes así piensan y deciden, siguen gobernando (y cobrando). Y pese a la desgracia que se ha abatido sobre Galicia, ellos no van a dimitir. Ya se sabe la culpa es de los demás. ¡Manda carallo!

José Luis Múgica

jkmm@wanadoo.es