Pasen y vean cómo se manipula la información en la sociedad de la información. Una historia bella e instructiva, o quizás más instructiva que bella. Empecemos:

El pasado lunes 6 de junio Hispanidad publica una información en la que se dice que la multinacional francesa del libro y el disco, FNAC, ha vetado el libro Yo aborté, que no es un ensayo sobre el aborto, sino los testimonios de un grupo de mujeres que han abortado. Una lectura de las que pondrían los pelos de punta a Roberto Carlos, publicada por la editorial Voz de papel y cuyos testimonios han sido transcritos por Sara Martín, de la Asociación Víctimas del Aborto.

En la información se decía, de forma casi sibilina, casi escondida, por aquello de no hacer daño, que la propia distribuidora, Laberinto (sin citar nombres) reconocía que eran motivos ideológicos los que estaban detrás de la censura de FNAC.

Lectores de Hispanidad protestaron ante la multinacional francesa por censura tan sectaria, y han recibido respuesta de este tenor:

Estimado José,
Comprendemos su reacción pero la decisión de la no venta de dicho libro no se debe a ningún motivo ideológico sino a motivos de espacio. Si usted o cualquier persona quiere adquirir dicho libro puede realizar el pedido en nuestra sección de libros. Adjunto le enviamos la carta escrita por don Vidal Luzuriaga, Consejero Delegado de Laberinto Distribuidora de Libros en la que se explica que FNAC España nunca ha hecho las declaraciones que se mencionan en el artículo aparecido en hispanidad.com.
Agradeciendo su atención,
Un saludo,
Dpto. Atención al Cliente FNAC Bulevar

¿Lo cogen? Está clarísimo : no hay censura ideológica, sólo que una lamentable falta de espacio les impide vender un libro que está golpeando muchas conciencias y golpearía más si la industria cultural, no lo censurara.

Para nuestros amigos hispanos, les diremos que FNAC es la librería más grande de todo Madrid, que ocupa seis plantas de un antiguo centro comercial de la fenecida Galerías Preciados, en pleno centro de Madrid, entre la Puerta del Sol y la Gran Vía. Pero, no sé si me cogen: entre los miles de libros puestos a la venta en FNAC no había espacio para Yo Aborté.

Pero insito en el carácter instructivo del hecho. En la sociedad de la imagen, la clave está en la buena imagen, el prestigio. Por eso, ante las protestas de los lectores, el departamento de Atención al Cliente de FNAC, todo amabilidad, aporta el argumento definitivo : el distribuidor niega que haya realizado dichas declaraciones.

La verdad es que la carta del distribuidor nunca ha llegado a Hispanidad, por lo que supongo que don Jacobo, de Laberinto Distribución, se vio forzado por FNAC a redactar tan mentirosa misiva. De esta forma se evitaba el sonrojo frente a nuestro periódico el sonrojo de negar unas declaraciones que sí había realizado al tiempo que salvaguardaba su imagen ante uno de sus mejores clientes. Pero en Hispanidad amamos tanto la transparencia que les vamos a enseñar la dichosa misiva. Recuerden: nuestro lema es divertir instruyendo. Eso sí, reproducimos el texto que FNAC está enviando a los clientes en calidad de prueba irrefutable:

Muy señor nuestro :
Nos referimos al artículo aparecido en servicios.hispanidad.com titulado FNAC no distribuye Yo aborté por motivos ideológicos.
Sin entrar a polemizar acerca de las opiniones vertidas en dicho artículo (libertad de prensa), desde Laberinto Distribuidora de Libros (en su artículo ..la distribuidora) queremos dejar bien claro lo siguiente:
   * FNAC España, s.a. NO NOS HA MANIFESTADO en ningún momento la decisión de no adquirir el título Yo aborté por motivos ideológicos o similares.

   * FNAC España, s.a. siempre ha dado un trato exquisito a Laberinto Distribuidora de Libros, recibiéndonos periódicamente para poderles acercar las novedades que distribuimos, escuchando, de todas y cada una, las explicaciones particulares de cada libro y decidiendo, dentro de su libertad y conocimiento del negocio de cada una de sus tiendas, los libros que estiman más rentables económicamente o a nivel de servicio a sus clientes. Por nuestra experiencia, no todos los libros, sean de la temática que sean, sean de la tendencia que sean, son adquiridos, ni se puede obligar a ello.
   * FNAC España, s.a. NO HA VETADO en ningún momento a la editorial Voz de Papel, editora del título Yo aborté, como lo demuestra el hecho de la adquisición de otros títulos de la misma editorial (Barioná. El hijo del trueno y Ciencia y Fe. Relaciones de complementariedad).
   * EN NINGÚN MOMENTO Laberinto Distribuidora de Libros ha manifestado a ningún medio, ni persona, que FNAC España, s.a. no haya adquirido Yo aborté por motivos ideológicos.
Por tanto, rogamos sean inmediatamente borradas las alusiones a nuestra empresa (..., según señala la cadena a la distribuidora.).
Atentamente,
Jacobo Vidal Luzuriaga
Consejero delegado LDL, s.a.-Laberinto Distribuidora de Libros, s.a. Grupo Laberinto.

Lo cierto es que don Jacobo Vidal, en persona, sí habló con Hispanidad, motu proprio la primera vez e intentando templar gaitas la segunda y la tercera. La primera vez habló con Sara Martín, a quien en la Feria del Libro advierte que en FNAC sostienen que el aborto es un tema religioso y que ellos nos distribuyen ese tipo de libros.

Lo cual, representa, al menos, tres mentiras: 1. El aborto no es un tema religioso. 2. FNAC sí vende libros religiosos, dado que no renuncia a un solo euro, pero trata de que sean libros políticamente correctos: ensayos sobre religión, esoterismo, espiritualidad, novelas sobre los templarios, María Magdalena y otras estupideces por el estilo. Recuerden que FNAC es obra del trostkismo francés, y bien relacionado desde sus inicios con lo que se llamó el clan Miterrand, donde figuraba, como gran maestro del pensamiento actual, el creador de Canal Plus, André Rouselet. El Crisol de Polanco, un desastre de empresa, no es más que una copia de FNAC. 3. A estos modernos les fastidia mucho más un libro como Yo aborté que la Summa Teológica de Santo Tomás. Les hace mucho más daño.

Además, el señor Vidal, en conversación mantenida el martes, cuando ya se había publicado la noticia, con el jefe de Información de Hispanidad, Luis Losada, insistió en que a él no le dijeron en FNAC que le hubieran censurado el libro por motivos ideológicos, pero que a lo mejor había sido por eso.

Ese mismo día, en conversación con el abajo firmante, servidora de ustedes, asegura que FNAC es un gran aliciente, y que aunque puede estar de acuerdo con nosotros, no puede asegurar que FNAC haya vetado Yo aborté, y aunque no tiene la delicadeza de no aludir a la falta de espacio, me indica que no puede saber las razones.

No toda la verdad es demostrable, al menos empíricamente, pero intuyo que el señor Vidal ha sido presionado por FNAC para escribir una carta que ni tan siquiera ha remitido. Lo que ocurre, es que no convine jugar con la credibilidad de un medio de comunicación, porque el crédito periodístico es como el pudor: se tiene de nacimiento, pero cuando se pierde es tremendamente difícil volverlo a recuperar.

Miente FNAC, miente Laberinto pero ¡qué bien mienten, los muy! Y, naturalmente, Yo aborté sigue sin venderse en el FNAC por falta de espacio. Lo demás, es presionar al proveedor y, sobre todo jugar con las palabras. Y, como decía Chesterton: Amenazo con escribir un libro a la menor provocación. Pues eso.

Por cierto, FNAC es, después de El País una de las dos universidades donde se forjó el actual secretario de Estado de Comunicacion del señor Zapatero. Así es, Miguel Barroso fue, entre otros cargos, Director General de FNAC para España y Vicepresidente de la compañía. Y esto sí que es una casualidad, de verdad de la buena.

Eulogio López